Nació en Clamecy (Yonne) el 29 de enero de 1866 y murió en Vézelay el 30 de diciembre de 1944. Inclinado por sus padres a los estudios humanísticos y musicales, siguió los cursos universitarios en la École Nórmale Supérieure de la capital, concretamente en la sección de Historia de la mencionada institución, y obtuvo una beca para estudiar en la Escuela Francesa de Roma (1889-91). Durante el período universitario, el romanticismo y el positivismo contribuyeron igualmente de su idea orgánica del mundo. Entre sus maestros figuraron nombres célebres, como Monod, Guirad y Vidal; sus autores preferidos fueron Michelet y Renán. El Renacimiento y la Europa surgida en la Revolución francesa eran ya en estos años los fenómenos históricos que más le atraían y hacia ellos orientó sus estudios. Graduóse en 1895 con una tesis acerca de la Historia de la ópera en Europa antes de Lully y Scarlatti (v.), que puede considerarse la primera obra de importancia de su vasta y multiforme producción.
Al año siguiente obtuvo la cátedra de Historia de la Música en la École Nórmale e inició al mismo tiempo una intensa actividad de creación literaria y teatral y de organización en el ámbito de la cultura. Reacio a cualquier forma académica de tipo cultural, en adelante afirmaría sus ideas a través de la novela, el ensayo, el artículo periodístico, la crítica musical y el drama. A 1897 pertenece Saint-Louis, poema dramático en cinco actos, y a 1898 Les loups, ópera en tres actos. A estas dos obras siguió una serie de textos teatrales inspirados respectivamente en los problemas de la fe religiosa y en la Revolución francesa (en 1909 reunió Les loups, Danton y Le 14 Juillet en el ciclo El teatro de la Revolución, v.; y en 1913 integró, en el titulado Les tragedies de la foi, Saint-Louis, Aert y Le triomphe de la Raison). En 1900 organizó el primer Congreso Internacional de Estudios Musicales, cuyos documentos publicó en colaboración con Combarieu. Junto con éste fundó en 1901 la Revue d’histoire et de critique musicale.
El mismo año fue nombrado presidente de la sección musical de la Escuela de Altos Estudios Sociales, y en 1903 se le llamó a la Sorbona, en la cual enseñó hasta 1913, año en que por motivos de salud hubo de renunciar a su misión docente y retirarse a Suiza, donde permaneció hasta 1938. En 1903 publicó su primer trabajo acerca del coloso de Bonn, Vida de Beethoven (v.), obra a la cual seguirían en el espacio de pocos años otros libros musicales; Musiciens d’aujourd’hui (1908), Musiciens d’autrefois (1908) y Händel (1910). A través de las grandes figuras de la música Rolland explana una concepción de la vida abiertamente opuesta a los temas de la decadencia, y mediante la cual los valores individuales superiores aparecen explicados dentro de la realidad de la historia y de la convivencia social. Ello queda expuesto muy claramente en la gigantesca novela en diez tomos Juan Cristóbal (1904- 1912, v.), en la que «la rebelión francamente humanista de Rolland» se revela de una manera dramática y violentamente realista con la presencia, en el curso de la vasta narración, del problema que imponíase de una forma cada vez más imperativa al escritor como cuestión fundamental de su tiempo: el de la integración del individuo en la masa.
Esta conciencia de la propia época, entendida no de manera pesimista como desastre de los valores individuales, sino, por el contrario, como conquista de una humanidad más amplia y superior, indujo a Rolland a estudiar, de un modo cada vez más profundo, los problemas sociales y a manifestar determinadas preferencias políticas. La pública adhesión del autor a la revolución bolchevique, su resuelta posición contraria al fascismo y al nacismo, su solidaridad hacia la República española, en la guerra civil de 1936, el pacifismo y la tendencia democrática no fueron actitudes ajenas a su labor creadora y crítica, antes bien, determinaron la producción de artículos periodísticos y de ensayos muy considerables, y se reflejaron, además, en obras como la novela L’âme enchantée (1922-33), que tiende a aclarar las contradicciones de la sociedad burguesa, o como el estudio sobre el pacifismo del Mahatma Gandhi (1923) o el Essai sur la mystique et l’action de l’Inde vivante (1929-30).
Naturalmente, empero, el «engagement» de Rolland frente a los grandes acontecimientos de nuestro siglo no supone la adscripción de su pensamiento en un esquema ideológico determinado o en la subordinación de su actividad a cualquier disciplina ajena a su conciencia. Según dice uno de los biógrafos del autor, Grandgeor- ges, «Rolland ha sido siempre un hombre libre, un pensador, un intelectual y un humanista que ha rechazado en todo momento cualquier vínculo a fin de poder tomar partido con plena convicción…, un héroe del ideal y de la conciencia». El mismo temperamento heroico, juagado a través de un análisis crítico que destaca su carácter moderno, presenta su Beethoven de los seis tomos aparecidos entre 1928 y 1944 y dedicados al arte del gran compositor alemán, que representan el momento cumbre de la obra del autor en el campo de los estudios musicales (De l’«Héroïque» à L’«Appassionata», Goethe et Beethoven, Le chant de la Résurrection, La cathédrale interrompue, volúmenes I, II y III). En 1913 Rolland fue galardonado con el premio Nobel.
L. Pestalozza