Nació en Roma el 18 de noviembre de 1607 y murió en la misma ciudad el 5 de junio de 1667. De familia nobilísima, se licenció en Jurisprudencia en 1625 y en Teología en 1628. En 1630 fue consagrado sacerdote y enviado como gobernador a lesi primero, y a Orvieto y a Camerino más tarde. A pesar de estos cargos públicos, no abandonó nunca sus dilectísimos estudios ni su soledad, y en 1637, contra el deseo de sus padres, entró en la Compañía de Jesús. En ella se dedicó a la enseñanza de la Teología y de la Filosofía a los jóvenes del Colegio Romano, de 1639 a 1643, según los principios de su Orden. El papa Alejandro VII quiso que fuera consejero suyo y lo nombró cardenal en 1659, cuando ya la Curia le había encargado un libro sobre el Concilio de Trento (Historia del Concilio de Trento, 1656-57, v.) en oposición a la extremadamente polémica de Sarpi (v.).
Pallavicino se sirvió para ella de documentos secretos vaticanos ignorados por el fraile servita; pero el objetivo apologético no le deja serenidad de juicio y, al no medir el valor de sus afirmaciones, cae en una parcialidad evidente. La obra tuvo amplia resonancia y se hizo de ella una edición reducida de carácter divulgativo. Otros trabajos de Pallavicino fueron los Fasti sacri, trabajo de erudición eclesiástica en verso, que habría debido celebrar todos los santos del calendario, pero que quedó incompleta; el tratado filosófico Del bien (1644, v.); la tragedia Ermenegildo (1644), de imitación clásica, pero con algunas libertades; Considerazioni sopra l’arte dello stile e del dialogo (1646); Vita di Alessandro VII, que se publicó póstumamente (1839) e incompleta. Muy admirado por Giordani, su obra fue sobrevalorada; con todo la dignidad e integridad de sus costumbres hacen de él una figura ejemplar.
N. Rellini Lerz