Nació en Ruán el 12 de febrero de 1785 y murió en París el 18 de julio de 1838. Huérfano todavía muy joven y de naturaleza enfermiza, concentró sus energías en una breve y ardiente vida, generosa y valerosamente consagrada a la ciencia y al bien de la humanidad.
A los dieciséis años ingresó en la École Polytechnique, que hubo de abandonar por motivos de salud. Se gradúa entonces en Medicina y ejerce esta profesión en un mísero barrio de París, donde Dulong, rico y dadivoso, gastó tesoros de energía y puso en grave riesgo su propia situación económica al curar gratuitamente a sus numerosos clientes y darles incluso medicamentos y dinero.
Sin embargo, en cierto momento deja la Medicina y sigue su vocación científica, dedicándose primeramente a la Botánica y luego a la Química, campo en el que inicia su actividad como auxiliar de Berthollet. En el curso de sus experimentos con el cloruro de nitrógeno sufrió dos explosiones, la segunda de las cuales le hizo perder un ojo y dos dedos; entonces publica su primera memoria científica, Mémoire sur une nouvelle matière détonante.
Estos graves incidentes no le alejaron de las investigaciones químicas, ahora dirigidas a los compuestos oxigenados del fósforo y del nitrógeno y a la constitución de los ácidos (cuestión que dio lugar a la polémica entre Dulong y Berzelius). Mientras tanto, fue nombrado profesor libre de la École Nórmale Supérieure y luego enseñó en la Facultad de Ciencias y en la École Polytechnique, donde en 1830 sería nombrado director de investigación; ya desde 1823 era miembro de la Academia de Ciencias.
Sus estudios más importantes los llevó a cabo hacia 1819 y junto con Petit sobre el calor específico de los elementos (v. Sobre el calor específico de los gases); ello le permitió descubrir la conocida ley, tan importante en la determinación de los pesos atómicos y en las investigaciones de la física del átomo.
G. Preti