Nació en Béziers el 30 de octubre de 1624 y murió en París el 7 de febrero de 1693. Se licenció en Leyes en To- losa y ejerció por breve tiempo la profesión de abogado en Castres y en París, dándose a conocer rápidamente en los círculos mundanos y literarios de la capital. Cansado de la profesión, para la que, según decía, lo hacía inepto su rostro desfigurado a causa de la viruela, compró Pellisson en 1652 el cargo de secretario del rey, y se abrió camino utilizando hábilmente sus numerosas amistades. La primera, en este sentido, fue la relación sentimental con Mlle, de Scudéry, que determinó su ingreso en el círculo de los «preciosistas»; la segunda, la que tuvo con Valentín Conrart, por consejo del cual publicó su Historia de la Academia francesa (1653, v.). Dramática fue su amistad con Fouquet, del que Pellisson, caído aquél en desgracia, tomó valientemente la defensa con dos Discours au roi y una Mémoire que le valieron cinco años de prisión en la Bastilla.
Recuperado el favor del rey, y habiéndose convertido al catolicismo (pertenecía a una familia protestante), fue nombrado historiador real (1667), cargo que perdió por la hostil intervención de Mme. de Maintenon, que le obligó a renunciar (1677). El pesar de la caída hizo fermentar en Pellisson una crisis religiosa, a consecuencia de la cual tomó las órdenes, rompiendo toda relación con la vida mundana. Pertenecen a estos últimos años sus Réflexions sur les différends en matière de Religión (1686-91), el Traite de l’Eucharistie (1694) y una serie de Prières (1734, póstuma). A recordar también del resto de su producción, Lettres historiques et Opuscules (1729, póstuma), la Histoire de Louis XIV (1749, póstuma) y Préface des oeuvres de Sarrasin. Otros escritos suyos, incluidos numerosos discursos y poesías, fueron publicados en una recopilación de Œuvres diverses, impresa en 1739. Parece lícito dudar de la leyenda de repelente fealdad atribuida a Pellisson y que contrasta singularmente con los rasgos de literato mundano que le son característicos.
C. Falconi