Escritor japonés, llamado Ozaki Tokutaro, nació en Yedo (hoy Tokio) el 10 de enero de 1868, y murió en la misma ciudad el 30 de octubre de 1903. Abandonó los estudios universitarios cuando se encontraba a mitad de ellos, para fundar con un grupo de amigos, en 1885, el círculo literario «Kenynsha» (Los amigos del tintero), que acogió a la mayor parte de los novelistas de la nueva generación opuesta a los esquemas tradicionales de la novela de la era de Yedo. Los dos órganos del círculo, Garakuta Bunko, fundado en 1885, y Miyako no hana, fundado en 1888, publicaron obras de notable valor. En 1889 escribió Ozaki la novela La confesión de amor de dos religiosas [Ni-nin bikuni iro zange] que le dio gran notoriedad. Entre 1889 y 1897 introdujo en la literatura un nuevo estilo, singular mezcla de la lengua escrita clásica y de la hablada. Sus expresiones extraordinariamente vivas y fascinantes le valieron la denominación de «pintor de la palabra».
Durante cerca de un decenio, numerosas obras maestras suyas aparecieron también en el diario Yomiuri. En el año 1891, Ozaki contrajo matrimonio con Kikuko, hija del médico de la familia imperial Kabashima, y tuvo de ella tres hijos. Tenía el carácter alegre y jovial de un auténtico «edokko» (hijo de Yedo, es decir, natural de Tokio), pero no le faltó compostura y moderación, y ayudó afectuosamente a sus discípulos, entre los cuales fueron famosos Izumi Kyoka, Oguri Fuyo (1875-1926), Yanagawa Shunyto (1877-1918) y Tokuda Shusei. Hombre de vastísimas relaciones sociales, se le debe además una mayor difusión de la literatura, cuyo prestigio elevó al mismo tiempo que el de los escritores. Murió dando un adiós al mundo con estos versos: «Si he de morir, que sea en otoño/ y antes que el rocío se disipe / ¡sería más hermoso!», y dejando incompleto uno de sus mejores trabajos, El demonio dorado (v. Konjiki Yasha), que completó su discípulo Oguri Fuyo en 1905.
Y. Kawamura