Nació en Riga el 20 de febrero de 1882 y m. en Gotinga el 9 de octubre de 1950. Realizados los estudios secundarios en San Petersburgo, se matriculó en las facultades de Medicina, Filología clásica y Filosofía, y llegó a profesor libre de esta última ciencia en Marburgo, en 1929. En el ámbito universitario de esta ciudad, y bajo la inmediata influencia de Cohen y Natorp, inició su actuación; sin embargo, al cabo de algún tiempo su personalidad independiente le llevó fuera del neokantismo, y aproximóle a la fenomenología y luego al «realismo filosófico», a pesar de lo cual no se mostró abiertamente partidario de ninguna de tales corrientes. En el curso de un período inicial escribió, en 1909, acerca de la lógica de Platón, en 1912 sobre los principales problemas filosóficos de la biología, y en 1915 respecto de la realidad lógica y ontológica, así como sobre la posibilidad del conocimiento a priori. En 1920 fue nombrado profesor extraordinario de la Universidad de Marburgo, y el año siguiente publicó Fundamentos de una metafísica del conocimiento [Grundzüge einer Metaphysik der Erkenntnis], texto que presentaba por vez primera una descripción de los hechos fundamentales del conocimiento y se hizo clásico muy pronto.
Mediante su gnoseologia, H. propone la teoría de la «estratificación» del mundo en cuatro grados: el inorgánico, el orgánico, el animado y el espiritual. En la teoría del conocimiento, y, como reflejo, en la metafísica, adopta una posición situada entre la ilusión racionalista de un perfecto saber metafisico y la renuncia a la superación de la experiencia profesada por el empirismo y el criticismo de Kant. En 1922 H. llegó a catedrático titular de la Universidad de Marburgo, donde sucedió a Natorp. En 1925 trasladóse a Colonia, y allí permaneció hasta 1931, año en el cual pasó a la Universidad de’ Berlín. En 1933 publicó El problema del ser espiritual [Das Probiem des geistigen Seins], que describe las tres formas fundamentales del espíritu — la personal, la histórico-objetiva y la objetivada —, cuya continuidad se manifiesta no sólo en el individuo sino asimismo en la evolución de la humanidad. En 1935 apareció una de las obras más importantes del autor: Sobre el fundamento de la ontología [Zur Gmndlegung der Ontologie], que se convirtió en la base del sistema filosófico de H. Según éste, él ser tiene dos esferas: la real y la ideal, concreta y determinada la primera, en tanto la segunda permanece independiente y se halla por encima del tiempo en la generalidad.
El autor analiza la posibilidad y la realidad, la necesidad y la casualidad, y la imposibilidad y la irrealidad, y demuestra la existencia de un estrecho vínculo entre posibilidad, realidad y necesidad, y la conveniencia de excluir de la interdependencia real la casualidad, que debe situarse en los límites de la esfera real. Después de la Ontologia H. llevó a cabo una serie de‘ investigaciones destinadas a la determinación de las formas esenciales de la realidad. En 1940 fue publicada la obra La construcción del mundo real [Die Aufbau der realen Welt], reducción práctica de la teoría ontológica a sus determinaciones opuestas de forma y materia, unidad y multiplicidad, interior y exterior, etc. En 1942 apareció Filosofía de la naturaleza [Philosophie der Natur], que presenta la doctrina especial de las categorías en los dos estratos inferiores del ser, el físico-material y el orgánico, y distingue todas las especies de aquéllas: dimensional, cosmológica y organológica. El mismo año vio la luz Filosofía sistemática [Sistematische Philosophie], vasto resumen de todas las teorías del autor.
En 1945 H. pasó a la Universidad de Gotinga: asimismo en esta fecha, durante las horas más trágicas de la catástrofe alemana, escribió Aesthetik, obra que apareció póstuma e incompleta en Potsdam y es el último de los trabajos importantes de nuestro autor. Llegado luego él hundimiento de los grandes sistemas, H. dio nuevamente a la filosofía su misión de ciencia rigurosa, de investigación inspirada en un •criterio de absoluta sobriedad teorética. Su método podría considerarse histórico – crítico en cuanto reconstitución de la historia de cada problema para apoyarse en ella en la búsqueda de soluciones que comportan simultáneamente la asimilación de nuevas adquisiciones y la viva recapitulación de cuanto hay de válido en la verificación anterior. H. sigue siendo uno de los filósofos más originales de nuestra época, y ha ejercido una gran influencia en la filosofía contemporánea.