Nació el 13 de julio de 1869 en Kichinev, murió el 19 de febrero de 1925 en Moscú. Se distinguió entre los historiadores rusos de la literatura por su profunda preparación filosófica y por su afición a las biografías, aplicada principalmente a las personalidades del período 1830-50, uno de los más ricos desde el punto de vista ideal y social de toda la historia rusa.
De familia hebrea, después de los pogroms rusos comenzó a estudiar en el Politécnico de Berlín, de donde pudo pasar a la Facultad histórico-filosófica de la Universidad de Moscú. Su actividad de periodista se desarrolló preferentemente en revistas liberales como El pensamiento ruso (Russkaja mysl’), El mensajero de Europa (Vestnik Evropy), etc. Entre sus estudios de mayor alcance son dignos de mención los referentes a Ogarev, a Griboiedov, al decembrista Krylov, a Tchaadaiev y a Pushkin. Fracasada la revolución de febrero de 1917, G. consideró la de octubre del mismo año como una tempestad devastadora que liberaría el alma moderna de los excesos del conocimiento.
Defendió este principio, juntamente con otros, en una original obra escrita en colaboración con el poeta y filósofo Viacheslav Ivanov, con quien vivió en la misma habitación en 1920 y con el que cambió, más que conversaciones, las cartas que constituyen la Correspondencia de un rincón a otro (v.).
E. Lo Gatto