Nació en Varsovia el 7 de noviembre de 1867, murió en París el 4 de julio de 1934. Célebre por los descubrimientos relativos a la radiactividad, realizados conjuntamente con su marido Pierre. Fue su padre quien le dio la primera educación científica.
Implicada en actividades conspiradoras, a finales de 1891 prefirió trasladarse a París, donde vivía yasu hermana mayor Bronia, y continuó sus estudios afrontando valerosamente pobreza e incomodidades.
Después de su matrimonio con Pierre C. (1895), tuvo la intuición de la existencia de un elemento químico más radiactivo que el uranio: «Dos minerales del uranio, la pechblenda (óxido de uranio) y la calcolita (fosfato de ramio y de uranita), son mucho más activos que el mismo uranio.
Ello induce a creer que tales minerales contienen un elemento mucho más activo que el uranio» (Memoria presentada a la Academia de Ciencias, 12 de abril de 1898). «Ahora —mayo o junio de 1898 — comienza una asociación en el esfuerzo que durará ocho años… Nosotros no poseemos ni debemos buscar lo que, en estos ocho años, le espera a María y lo que le espera a Pierre.
Sería hacer lo que ellos dos no han querido» (Eve Curie: Vie de Mme. Curie). En julio de 1898 pueden anunciar el descubrimiento de uno de los dos elementos que hacen activa la pechblenda: el polonio (metal de número atómico 84, químicamente afín al bismuto) «llamado así del nombre del país de uno de nosotros».
Tras meses y meses de extenuantes investigaciones, consiguen extraer al fin (1902), de toneladas de pechblenda, un decigramo de radio puro. El momento del descubrimiento es eficazmente descrito en una página del citado volumen de Eve C.: «El radio contiene algo más bello que un hermoso color como había deseado Pierre.
Es espontáneamente luminoso, y en la débil oscuridad en la que las briznas preciosas están colocadas sobre toscas mesas, sus perfiles fosforescentes, azulinos, brillan suspendidos en las tinieblas…» En 1904 aparece la revista he Radium, y comienza la carrera comercial y terapéutica del nuevo elemento.
Pero ya 1903 había sido un año de grandes honores, ya que los dos cónyuges habían obtenido la medalla Davy de la Royal So- ciety de Londres y un mes después (10 de diciembre) el premio Nobel, «atribuido por mitad a Henri Becquerel y a la señora y al señor Curie por sus descubrimientos en la radiactividad».
Después de la muerte de Pierre (1906), la señora C. asumió su cátedra de Física en la Sorbona y fue la primera mujer a quien se confió un cargo en la enseñanza superior. En 1910 publicó su clásico Tratado sobre la radiactividad (v.).
En 1911 recibió el premio Nobel de Química. Visitó América (1921 y 1929), donde recibió espléndidos donativos destinados al progreso de sus investigaciones. Su muerte fue ocasionada por la acción de las radiaciones sobre la medula.
Lo mismo que Pierre, fue modesta, despreocupada por su aspecto exterior, extremadamente sensible, pero carente de vanidad: «una joven rubia, distinguida, de vida delicada», «una mamá deliciosa en la que se unen una sensibilidad exquisita y la curiosidad de lo insondable», son instantáneas periodísticas que fijan de un modo feliz su figura.
U. Forti