Nació en Picardía el 17 de septiembre de 1741 y murió en Bourg-la-Reine el 29 de febrero de 1794. Precoz matemático (Ensayos de análisis, 1769), ingresó a los veintisiete años en la Academia de Ciencias, de la cual fue secretario perpetuo desde 1776.
Más tarde, lleno de fe en la indudable influencia de las nuevas doctrinas, aproximóse a los enciclopedistas y, olvidando las ciencias abstractas, se interesó por los problemas económicos, políticos y filosóficos (Lettres d’un théologien, 1772; Réflexions sur le commerce des blés, 1776).
En este último año publicó también una edición de los Pensamientos pascalianos, con un Éloge de Pascal, y en 1777 La théorie des comètes, premiada por la Academia de Berlín. En 1782 ingresó en la Francesa, de la cual llegó a ser igualmente secretario vitalicio.
Además de muchos Elogios académicos (Euler, D’Alembert, Buffon, Franklin), escribió las biografías de Turgot (1786) y Voltaire (1787). Miembro de la Asamblea legislativa y diputado en la Convención, figuró asimismo en el Comité de Instrucción Pública y redactó una Relación en la que pedía la gratuidad de la enseñanza en cualquiera de sus grados y sentaba el principio de la libertad de la educación.
Partidario de los girondinos, fue denunciado a la Convención, que decretó su encarcelamiento y le declaró fuera de la ley. No obstante, logró refugiarse en casa de una valerosa amiga, Madame Vernet, en cuyo hogar permaneció oculto seis meses, durante los cuales compuso el Esbozo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano (v.), su obra más famosa y la de mayor significación en cuanto al espíritu racionalista.
Ante el temor de una inspección policial abandonó inesperadamente su refugio para no comprometer a su generosa encubridora y confiando ser acogido por otros amigos próximos a París. Perdida tal esperanza, anduvo errante algún tiempo, hasta que, extenuado, entró en un mesón, donde provocó sospechas y fue detenido.
Aquella misma noche, y antes de ser identificado, suicidóse, envenenándose: el veneno y un texto de Horacio era todo cuanto llevaba consigo en la huida. En 1882 fue publicada la Correspondencia de Condorcet y de Turgot (v.).
G. Alfieri Torada Faranda