Nació en Florencia el 21 de julio de 1476 y murió en Venecia en marzo de 1563. Hijo de Salvestro y de Lucrezia di Barbo, perteneció a una familia noble opuesta a los Médicis, y fue, en un principio, ferviente seguidor de Savonarola, por lo que obtuvo cargos en el gobierno popular. Prior en 1501, provisor de capitanes del partido güelfo en 1512, hubo necesariamente de aproximarse a los Médicis, al regreso de éstos. Así entró también en la Academia florentina, que había recibido de León X el privilegio de conferir títulos a retóricos y poetas. Vuelta a expulsar la facción de los Médicis en los tumultos de 1527, Nardi fue valeroso defensor de los ciudadanos rebeldes encerrados en el Palacio.
En la República que siguió, fue canciller de los Libramientos, pero caída nuevamente Florencia en manos de los Médicis en 1530, viose privado de todos sus bienes y desterrado a Pitigliano, en una villa suya, y de allí, en 1533, a Livorno. Confiando en vano en la revocación de la sentencia, marchó con su mujer, Lena Bettini, y con sus cinco hijos, a Venecia, donde vivió casi en la miseria, con los menguados ingresos de las lecciones de latín que daba a los jóvenes. Escogido por los emigrados florentinos como representante suyo ante Carlos V en Nápoles, defendió en vano su causa de un modo ardiente. Hecho podestá de Cingoli en 1536, volvió después a Venecia, donde murió. Tradujo las décadas de Tito Livio, compuso dos comedias sin valor artístico; escribió una Vita di Antonio Giacomini que apareció después de su muerte en 1597, dictada por su admiración hacia aquella heroica figura de condottiero.
En edad avanzada se dedicó a componer las Historias de la ciudad de Florencia (v.), aunque alejado de fuentes y documentos. La obra, en diez libros, apareció póstuma en 1582; en ella, el autor, siguiendo a Biagio Bonaccorsi, narra los episodios que van de 1498 a 1512, pero ya sin ningún espíritu partidista.
N. Rellini Lerz