Ivan Franko

Nació el 15 de agosto de 1856 en la localidad de Nahuevichi (en la región precarpática) y murió el 28 de mayo de 1916 en Lwow.

Hijo de un cerrajero, logró cursar estudios regulares y graduóse en Filosofía en esta última ciudad. Discípulo de Drahomaniv y perteneciente al movi­miento juvenil que trataba de promover el progreso popular, fue acusado de ideas sub­versivas.

Detenido tres veces durante el pe­ríodo 1877-89, sufrió la oposición del Go­bierno austríaco a su candidatura parla­mentaria y a un nombramiento de profesor en la Universidad de Lwow. En compensa­ción, recibió del pueblo, a quien dedicaba toda su actividad literaria, científica y política, honores y ayuda, y vio también reco­nocidos sus méritos en otros ambientes; así, por ejemplo, las Universidades de Viena y Charkov le concedieron la graduación hono­rífica, y varias academias le eligieron miem­bro.

Alcanzada una situación bastante aco­modada, fue víctima de una dolencia que le impidió el uso de las manos; sin em­bargo, siguió trabajando, al dictado, por espacio de ocho años todavía. Su muerte provocó grandes manifestaciones de condo­lencia nacional. Poeta y científico ilustre, Franko, después de Shevchenko, es el escritor más célebre, fecundo y multiforme de la literatura ucraniana.

Cultivó todas las for­mas del arte de la palabra, pero obtuvo sus mejores resultados en la poesía: Picapedre­ro (v.), Moisei (v. Moisés), Hojas marchitas [Zivjale lystes], Lys Mykyta (v.). Entre las obras narrativas cabe citar Boa constrictor (v.), Zachar Berkut (v.), Cuentos de Boris­lav [Borislavs’ki opovidannjas], y de los dramas La felicidad robada [Ukradene scaste] y El maestro [Ucitel]. No deben olvi­darse, empero, sus numerosos textos de Filo­sofía, Filología y divulgación científica.

M. Lipovetzka Meano