Nació en Dubieck el 3 de febrero de 1735 y murió en Berlín el 14 de marzo de 1801. Hijo de una familia noble pero arruinada, ingresó en la carrera eclesiástica, en la que ascendió rápidamente a los más altos cargos; ya a los treinta y dos años era obispo de Varmia, capellán de la corte y amigo del rey. De talento excepcionalmente multiforme, fue el principal escritor polaco del siglo XVIII. Poeta perfecto y prosista límpido y eficaz, dejó un conjunto de obras que abarca desde una historia universal y la primera enciclopedia nacional hasta una amplia producción periodística y una serie de novelas, comedias, biografías y poemas épico-burlescos, como Ratoneida [Myszejdos] y Monachomachia, en los que brillan el garbo y la comicidad.
Sin embargo, los textos a los cuales se halla vinculada su celebridad más duradera son las Fábulas [Bajki], expresión de un sonriente pesimismo; las Sátiras (v.), su obra maestra, y las Epístolas [Listy], dirigidas al monarca y a los amigos. Espíritu singular, Krasicki, encerrado en su mundo escéptico frente a los acontecimientos, no parece haberse conmovido por las desventuras de su patria; en su obra no figura eco alguno de la desintegración de Polonia, a no ser, quizá, en una fábula. Su diócesis pasó bajo el dominio de Prusia, y nuestro autor se hizo amigo de Federico el Grande, como lo había sido ya de Estanislao Augusto.
M. Bersano Begey