Nació en Alur, junto al lago Van, en el corazón de Armenia, el año 1820, y murió en 1906. Estudió en Constantinopla, ciudad en la cual, tras un viaje a su patria y otro a los Santos Lugares que le inspiraron dos colecciones de poesías, establecióse como profesor y publicó opúsculos polémicos contra el Pontificado con el afán de combatir la propaganda católica, por él juzgada obstáculo para la afirmación del espíritu nacional armenio. Muertas su esposa y su hija, ingresó en un convento (1854) y pronto llegó a ser un famoso predicador. Fundó, para la formación cultural de su pueblo, un periódico (suprimido años después por el Gobierno turco) y una escuela. Elegido en 1862 obispo de Mus, luchó contra los abusos de algunos magnates, quienes intentaron asesinarle.
En 1869 fue nombrado patriarca de Constantinopla. Creó una comisión especial para la ocomisión de un informe acerca de las miserables condiciones de su país y las vejaciones de los funcionarios turcos, que presentó luego ante la Sublime Puerta y el Congreso de Berlín. La hostilidad de los notables y del clero le forzó al abandono de la sede patriarcal. Empezó entonces el período más fructífero de su actividad literaria, en cuyo transcurso escribió obras de carácter religioso y moral: La perla del paraíso, 1875; El paraíso de la familia, 1876; El discurso de la Cruz, 1876. Durante el conflicto bélico ruso-turco (1877- 78) se dedicó solícitamente a la asistencia de las víctimas. En ocasión del Congreso de Berlín procuró templar la opinión pública mundial con un ciclo de conferencias celebradas en las capitales europeas y que obtuvo un éxito meramente oratorio. Elegido en 1892 supremo patriarca de todos los armenios, continuó defendiendo hasta la muerte los intereses de su pueblo y escribiendo (Abuelo y nieto, v.; La pérdida del reino de los cielos, 1896).
G. Bolognesi