Nació en París el 20 de enero (?) de 1804 y murió en Annecy (Saboya) el 3 de agosto de 1857. Aun cuando estudiara Medicina, viose atraído primero por la pintura y el periodismo; finalmente, el padre, también médico, resolvió las vacilaciones induciéndole a embarcarse como cirujano en una nave (1825); al morir dejó a su hijo una buena fortuna. Así, el futuro escritor pudo regresar a París y vivir la brillante existencia de la buena sociedad (1829). Según se dice, empezó a escribir por casualidad las primeras novelas marineras, Plick et Plock y Atar-Gull (1831), La salamandre (1832), La coucaratcha (1832-34) y La vigie de Koat-Ven (1833). El éxito le incitó a la composición de una obra más seria y documentada, la Histoire de la marine française (1835-37), que quedó incompleta y fue acogida fríamente. Cierra este primer período Lautréamont (1837).
El pesimismo y el desprecio un tanto superficiales y las nuevas tendencias a la observación realista le inclinaron luego a la novela de costumbres; aparecieron, así, Arthur y Deleytar (1838) y Le marquis de Létorière (1839). Vagamente histórica es Jean Cavalier (1840). Las no veladas ironías de Mathilde ou Les mémoires d’une jeune femme (1841) ocasionaron la primera grieta en las relaciones del escritor con la alta sociedad parisiense. En 1842 vieron la luz otras tres novelas: Therése Dunoyer, Paula Monti y Le morne au diable. El autor, que había alcanzado ya un gran favor del público, llegó entonces a la forma narrativa más propia de su carácter, la folletinesca, en tanto, al margen de las letras, iba constituyéndose la literatura popular cuyo vehículo más adecuado habría de ser la prensa cotidiana, extraordinariamente desarrollada. Los problemas sociales no resueltos por la revolución de 1830, un gusto muy concreto por la observación y la recién adquirida antipatía por la nobleza y las clases elevadas inclinaron la curiosidad de Sue hacia las miserias de las clases inferiores parisienses, y le valieron el éxito triunfal de Los misterios de París (v.), obra publicada inicialmente por entregas en el Journal des Débats de 1842 a 1843, y de El judío errante (1844-45, v.).
Durante los años sucesivos fue orientándose progresivamente hacia el socialismo, y tras la revolución de 1848 publicó incluso algunos manifiestos: Le républicain des campagnes (1848), Le berger de Kraven (1848-49). Dio, en colaboración, forma dramática a algunas de sus novelas; en 1849 llevó a la escena una adaptación de El judío errante, que alcanzó un gran éxito. Este mismo año apareció el último tomo de Les sept péchés capitaux, que iniciara dos años antes. En 1850 fue elegido miembro de la Asamblea legislativa; pero tras el advenimiento de Napoleón III marchó definitivamente a Annecy, donde siguió escribiendo y añadió a su prodigiosa popularidad la que le obtuvieron Les misères des enfants trouvés y La bonne aventure (1851), Jeanne et Louise y Gilbert et Gilberte (1853), La famille Jouffroy (1854) y Le diable médecin (1855). Entre 1849 y 1857 publicó los dieciséis tomos de Los misterios del pueblo (v.), en 1856-57 los nueve de Les fils de famille y en 1857 La France sous l’Empire. Con carácter póstumo aparecieron Mademoiselle de Plouernell (1864) y Jeanne d’Arc (1865). En 1907 fue erigido en Annecy un monumento en honor de Sue.
I. Ripamonti