Nació en Londres el 1.° de enero de 1879, en una familia anglo-galesa. Estudió en la Tonbridge School y en el King’s College de Cambridge, donde en 1901 se graduó en Letras clásicas e Historia.
Allí también nació su amistad, que habría de mantener siempre, con Lowes Dickinson, fundador, junto con él mismo, G. M. Trevelyan y otros, de la Independent Review. Dedicado a la literatura, destacó en calidad de crítico, narrador y ensayista; pero debe principalmente su fama a unas cuantas novelas, inspiradas, a pesar de su actitud crítica, en un sentimiento de piedad humana y admirables por el fino análisis de las relaciones sentimentales entre los personajes y la hábil construcción de los argumentos.
Situado entre los grandes victoria- y los novelistas «rebeldes», como Lawrence y Huxley, Forster comparte con estos últimos el escepticismo hacia determinados aspectos de la moral burguesa, aunque sin perder por ello la serenidad y la delicadeza propias de los maestros del siglo XIX.
Esta burguesía de la pasada centuria, en la cual ve «integridad» y «falta de imaginación», así como «firmeza» e «hipocresía», constituye la materia de su arte y el objeto de su crítica; el método de Forster consiste en la presentación de esta clase social, encamada en personajes verosímiles y nada simples, en lucha con ambientes y mundos diversos o envuelta en circunstancias que dan lugar a la duda y a la autocrítica.
Su primera novela, Donde los ángeles temen pisar [Where Angels Fear To Tread], publicada en 1905, cuando el autor vivía en Italia, establece el contraste entre la ética de la clase media inglesa y la más «natural» (aun cuando no siempre aceptada) de un italiano de las provincias, vulgar pero apasionado.
El mismo conflicto aparece reproducido, también en un marco situado en Italia, pero con una intención más cómica, en Habitación con vista [A Room with a View, 1908]. En Pasaje para la India [A Passage to India, 1924], las aspiraciones de la citada clase inglesa quedan contrapuestas a las más espontáneas y, al mismo tiempo, de mayor complicación de los indios; inspirado en un conocimiento auténtico de la India, que Forster visitara dos veces (en 1912 y en 1922), el libro en cuestión es más rico y quizá también más profundo que las novelas «italianas», pero su «mensaje», en cambio, presenta una mayor ambigüedad.
En El viaje más largo [The Longest Journey, 1907] y Howard’s End (1910), posiblemente la obra maestra de nuestro autor, los episodios se desarrollan en Inglaterra; en tales narraciones, empero, cabe hallar la misma discordia, o mejor incomprensión, entre los personajes, simbólicos pero nunca reducidos a símbolos, que representan la razón y el instinto, el cerebro y el corazón.
A pesar de su escasa producción (aparte de las novelas, ha escrito algunos cuentos, libros de viajes y estudios literarios y políticos), Forster, «destinado a ser una de nuestras mayores glorias», según afirmación de un crítico inglés, goza de un gran prestigio en su país por su agudeza psicológica, las implicaciones filosóficas de su obra y su refinado arte.
T. G. Bergin