Nació el 1.° de abril de 1868 en Marsella, y murió el 2 de diciembre de 1918 en París. Inició su actividad literaria con una colección de poesías sentimentales, Musardises (1890), a la que respondió su prometida, Mlle. Rosemonde Gérard, con Les Pipeaux, obra que fue publicada en 1890, el año de su matrimonio. En París desde 1885, aprovechó diligentemente las experiencias teatrales anteriores de Scribe y Sardou, siquiera aligerando de las peroraciones antiburguesas el romanticismo de capa y espada. Sus primeras obras, Los noveleros (1894, v.), La princesa lejana (1895, v.) y La Samaritana (1897, v.), no dejaron prever el estrepitoso éxito de Cyrano de Bergerac (1897, v.), que le valió un inmenso favor popular, ratificado con El Aguilucho (1900, v.).
Coronado por la fama a los veintinueve años y miembro de la Academia a los treinta y tres, vivió alternativamente en Cambo, en el País Vasco y en París, envuelto por la admiración y asistido por su esposa, entusiasta e incitadora, en tanto crecían las leyendas acerca de su presunción y el fasto de su vida. Poseía, en realidad, un carácter reservado, tendente a la tristeza y a la timidez, extremadamente nervioso, intolerante con las pequeñas dificultades y fácilmente dominado por el ambiente. Hasta 1910 trabajó en Chantecler (v.), cuyo estreno constituyó un fracaso. Póstumamente apareció La última noche de Don Juan. Entre sus amigos figuraron los intérpretes de sus obras, Sarah Bernhardt y Constant Coquelin, y también Catulle Mendés, Pierre Loti, Courteline, Léon Blum, Jules Renard, la condesa de Noailles y Léon Daudet.
S. Morando