Nació el 24 de marzo de 1739 en Obersontheim (Württemberg) y murió en Stuttgart el 10 de octubre de 1791. Tras algunos años de vida mísera durante los cuales actuó como preceptor, maestro y organista en Geislingen (1769) —había estudiado Teología en la Universidad de Erlangen—, fue nombrado organista de Ludwigsburg, residencia del gran duque. La novedad del ambiente y de la actividad desataron la violencia de su temperamento; y así, entregóse al vicio de la bebida y a fáciles amores y aventuras con sus alumnas. Tal conducta indujo al gran duque, inesperadamente convertido en custodio de las buenas costumbres, a despedirle y expulsarle de su territorio (1773). Luego de haber errado por Baviera y el Palatinado, Schubart fundó el Deutsche Chronik (1774), periódico por él dirigido con un espíritu extremadamente liberal y que, enfrentado con algunas dificultades ocasionadas por la censura, trasladó a la ciudad libre de Ulm.
Siguió dirigiéndolo hasta 1777 y convirtió en anticipación lo que posteriormente sería el periodismo político en la acepción moderna de la palabra. La redacción del periódico se hallaba en una hostería; allí, entre sorbos de cerveza y chupadas de pipa, Schubart improvisaba sus artículos, animados, singulares y un tanto paradójicos. En él aparece evidente un contraste entre teoría y práctica; y así, en tanto que por una parte atacaba los abusos de la monarquía absoluta, por otra justificaba su necesidad, siempre y cuando, empero, los príncipes se mostraran dignos de la autoridad puesta en sus manos. A causa de ello no asumió una actitud resueltamente polémica frente a los derechos de la nobleza y a las rígicas diferencias existentes entre las clases sociales; únicamente la Revolución francesa habría de inducirle a un criterio más liberal de la vida política. Entre sus felices intuiciones cabe mencionar las profecías sobre la unidad y la independencia de Italia y el futuro poder de Rusia y los Estados Unidos. Sus poesías La canción del cabo, v.; La tumba de los príncipes, v.; El judío errante (v.); etc., siquiera hayan perdido hoy su valor de actualidad polémica, mantienen intactos el ímpetu, el estilo fácil y agradable y la llaneza que tan populares las hicieron. Recluido en la cárcel (de 1777 a 1787) por motivos políticos, escribió las interesantes páginas autobiográficas de Leben und Gesinnungen von ihm selbst im Kerker aufgesetzt.
G. V. Amoretti