Nació el 11 de diciembre de 1801 en Detmold, murió en la misma localidad el 12 de septiembre de 1836. Es un dramaturgo que refleja en su trágica vida y en su obra aquella época llena de tendencias contradictorias que siguió, en Alemania, a la generación romántica. Estudió leyes en 1820 en Leipzig y en 1822 en Berlín, donde se entregó a una vida disoluta y contrajo, a consecuencia de ella, la enfermedad que le había de llevar a una muerte prematura. Frecuentó los salones literarios al mismo tiempo que Heine.
En 1823 visitó a Tieck en Dresde y trató de hacerse actor; pero rotas las relaciones con este poeta, volvió a Detmold. En esta localidad se dedicó a la abogacía militar; pero no pudiendo soportar la profesión ni la mezquindad del ambiente, se entregó a la bebida. Se unió en desdichado matrimonio, pronto roto, con Louise Clostermeier. Arruinado física y moralmente, dejó la profesión en 1834 e invitado por Immermann para colaborar como crítico y dramaturgo en el teatro de Dusseldorf, dirigido por él, se trasladó allí. Pero también se peleó con Immermann; en 1836 regresó a Detmold, donde murió.
Las lamentables peripecias de su vida determinaron el sentido de sus dramas, que se apoyan en la inutilidad de la lucha del hombre contra su destino, en el desolado fatalismo destructor de cualquier fe en un ideal: Mario y Sila (v.), Napoleón o Los cien días (v.), Aníbal (v.), La batalla de Hermann (v. Hermann). En Broma, sátira, ironía y cosas más profundas (v.) se subraya lo grotesco de este fracaso. Las posibilidades señaladas por G. serán recogidas por el expresionismo del siglo XX.
M. Doná