Nació en Venecia en 1507, hijo de Gian Luigi y de Lucrezia Agostini, y murió en Verona el 13 de abril de 1565. Como descendiente de una de las más antiguas familias venecianas, entró muy pronto en la vida pública y, todavía muy joven, tuvo ocasión de tomar en repetidas ocasiones la palabra en el Senado. Después de una misión diplomática en Dalmacia y en la corte de los Gonzaga, la Serenísima le envió junto a Carlos V, a quien Navagero admiraba mucho; fruto de esta misión fue la Relación sobre Carlos V (v.).
Después de haber sido gobernador en Padua, llevó a cabo una misión cerca de Enrique II de Francia, que se encontraba en Turín en 1545; fue embajador sucesivamente en Constantinopla, Inglaterra, Roma, Austria y Francia. De edad ya avanzada, formó parte del Consejo de los Diez y en 1561, después de la muerte de su mujer, Istriana Laudo, fue creado cardenal diácono por Pío IV. Al año siguiente tomó las órdenes y fue nombrado administrador perpetuo del obispado de Verona. En 1563 fue al Concilio de Trento, como legado del papa. Quedan de él algunas relaciones de embajadas y la oración fúnebre pronunciada en honor del dux Andrea Gritti.
R. Fabietti