Nació el 28 de agosto de 1748 en Berlín, murió el 27 de abril de 1806 en Angelmodde, junto a Münster (Westfalia). Hija del general prusiano von Schmettau, fue enviada primero a un colegio católico de Silesia, de acuerdo con la religión de su madre; pero era tan ignorante que hacía un mal papel en la brillante sociedad berlinesa y hubo de completar su formación en un colegio francés de la capital.
A los veinte años acompañó como dama de corte a la princesa real, cuñada de Federico II de Prusia, a los baños dé Spa y de Aquisgrán. Allí conoció al príncipe ruso Dimitri Alexeievitch Golicin (Gallitzin), con quien se casó al cabo de poquísimo tiempo. El príncipe, muy estimado por Catalina II, fue destinado como embajador en La Haya; y tras una breve permanencia en Petrogrado, los esposos se dirigieron a Holanda. Nació una hija y más tarde un hijo. En 1773 fue huésped de ambos Diderot y a impulso de éste decidió ella dedicarse únicamente a los estudios y a la educación de sus hijos: con el consentimiento de su marido se retiró al campo, cerca de Scheveningen, en absoluta soledad (incluso se cortó los cabellos para no sucumbir a las tentaciones mundanas), manteniendo relaciones sólo con el filósofo Hemsterhuys. En 1779, atraída por los experimentos pedagógicos del barón von Fürstenberg en Münster, se trasladó a esta ciudad y residió en la cercana hacienda de Angelmodde.
Su casa fue el centro de un selecto grupo de pensadores: Hamann, Jacobi, Overberg, y más tarde el poeta Matthias Claudius y los hermanos von Stollberg. En 1785 hizo un viaje de estudios a Halle, a través de Weimar y Jena, y conoció a Herder y a Goethe. Después de muchos años de meditación sobre problemas religiosos, se convirtió al catolicismo en 1786; más tarde, se convirtieron también los hijos (incluso uno de ellos, emigrado a América, se hizo sacerdote y fue misionero hasta los setenta años). Desde su traslado a Münster, había comenzado a anotar, sin intención literaria, en sus Diarios, los problemas espirituales que la preocupaban: publicados junto con el epistolario (v. Diario y epistolario) setenta años después de su muerte, constituyen un documento interesantísimo para la historia de la cultura alemana en el período comprendido entre la Ilustración y el Romanticismo.
V. M. Villa