Nació el 5 de abril de 1837 en Londres, donde murió el 10 del mismo mes de 1909. Su familia, perteneciente a la nobleza de Northumberland, había mantenido estrechas relaciones con Francia hasta los últimos años del siglo XVIII; la madre, hija del conde de Ashburnham, educóse parcialmente en este país y en Italia, e introdujo en el espíritu de Swinburne, ya durante la infancia, su amor a las literaturas francesa e italiana. El futuro poeta pasó el primer período de su existencia en Bonchurch (isla de Wight), donde sintió nacer la afición al mar, que sería uno de los motivos fundamentales de su obra poética. Empezó a estudiar en Eton (1849- 1853), y allí dio pruebas iniciales de su habilidad en la asimilación de las lenguas extranjeras, gracias a lo cual obtuvo en 1852 el premio de idiomas modernos del príncipe consorte. Luego prosiguió privadamente sus estudios, y en enero de 1856 ingresó en el Balliol College, de Oxford. En esta ciudad formó parte de una asociación de estudiantes, «Oíd Mortality», de la cual era alma John Nichol, republicano que había seguido con entusiasmo el curso de las revoluciones italiana y húngara de 1848 y conocido a Mazzini y Kossuth, e infundió en Swinburne un afán que perduraría toda su vida.
La primera manifestación de este ardor fue la Odeto Mazzini (1856-57). Nuestro autor colaboró particularmente en la revista Undergraduate Papers, de la mencionada sociedad estudiantil, con el poema Queen Iseuít y el ensayo The Early English Dramatists, reflejos de una influencia muy distinta: la de los prerrafaelistas, con quienes se relacionara mientras tanto. En 1859 abandonó la universidad sin haber conseguido título alguno. En 1861 Richard Monckton- Milnes diole a conocer la obra del marqués de Sade, en la cual Swinburne pudo ver reflejada su propia sensibilidad; por aquel entonces iban confiriendo juntamente un carácter definitivo a la inspiración de éste el influjo de la rudeza renacentista de los dramaturgos isabelinos, el de la cruenta Edad Media de los prerrafaelistas, el de la orgiástica Antigüedad de Théophile Gautier, el del turbulento mundo moderno de Baudelaire, el fatalismo de las tragedias griegas, la implacable doctrina del Antiguo Testamento y el cruel hedonismo nihilista de Sade. En 1860 apareció el primer volumen de Swinburne, integrado por dos dramas: La reina madre (v.) y Rosamond.
En 1861 el poeta visitó la Riviera y la Italia septentrional; al regreso del viaje establecióse en Londres y estrechó sus relaciones con los prerrafaelistas. Durante los primeros meses de 1864 viajó de nuevo por el continente, y tuvo en Florencia un memorable encuentro con W. S. Landor (v.), a quien admiraba por sus ideales paganos y republicanos. La tragedia Atalanta en Calidón (v.), publicada en 1865, alcanzó un gran éxito; a este triunfo del joven poeta añadió el mismo año un matiz picante la aparición de la tragedia Chastelard (v.), en la que el delirio erótico del protagonista, deseoso de ofrecer su vida a la fatal María Estuardo, permitía una perfecta expresión a la sensibilidad de Swinburne. Siguió después otro éxito escandaloso con la publicación (1866) de Poemas y baladas (v.), que pudo parecer un desafío al pudor de la sociedad victoriana. Formóse entonces una leyenda acerca del satanismo del poeta. Sin embargo, la suposición, en cierto momento admitida, según la cual Surne no había llevado a tales poesías ninguna experiencia personal, no pudo ya sostenerse tras el conocimiento de la frecuentación de determinados locales por parte del literato.
En 1867 D. G. Rossetti intentó conducirle de nuevo a la normalidad, para lo cual favoreció una relación íntima del poeta con la amazona Adah Menken; no obstante, Swinburne había logrado ya alejar su inspiración de los temas morbosos gracias a la reaparición de su interés juvenil por la causa republicana, la revolución, Italia y Mazzini. Karl Blind preparó una entrevista de éste con Swinburne, que se celebró el 30 de marzo de 1867; y así, el joven literato, investido solemnemente de tal suerte con la misión de «aedo de la libertad», publicó en 1871 y dedicó al luchador italiano los Cantos de antes del alba (v.). Durante los trece años situados entre Atalanta y la segunda serie de los Poemas y baladas, el autor vivió casi siempre en Londres. La considerable tensión de la actividad literaria y las intemperancias en particular alcohólicas le llevaron a depresiones nerviosas excesivas que alcanzaron una forma aguda en 1879; al mismo tiempo, aparecieron los primeros síntomas de la sordera que después de 1880 afligió al poeta.
Swinburne, empero, recobró la salud gracias a la intervención de Theodore Watts- Dunton; ambos amigos fueron a vivir en una villa de Putney (Londres), «The Pines», y en este plácido retiro, aquél, libre de toda preocupación a causa de la celosa asistencia que le dispensara Theodore, siguió publicando poesías, dramas y textos críticos, en medio del creciente desinterés del público, y hasta su muerte, debida a una pulmonía. El campo de la inspiración de Swinburne resulta muy limitado, y coincide con su especial sensibilidad erótica en sus aspectos inmediatos o elevados a la sublimidad; incluso como adorador de la Mater Dolorosa y Triumphalis que es para él la Libertad, aparece siempre, en el fondo, como «víctima impotente de la furia de una mujer hermosa», de acuerdo con su fórmula del ideal erótico. En la sensibilidad de nuestro poeta reside la clave del enigma de su complicada naturaleza, vacilante entre la tendencia a la sumisión (culto idólatra a Mazzini, Hugo, Landor) y el afán de rebelión, mezclado a cualidades infantiles, e inquietantes perversiones y a una dignidad y un equilibrio viriles.
M. Praz