Libro seminovelesco del escritor argentino Ricardo Güiraldes (1886- 1927), relación de un viaje hecho en el verano de 1916-17 a la isla de Jamaica, designada por su nombre indígena. Fue acabada de escribir dos años después y publicada en 1923 entre Rancho (v.) y Rosaura, novelas anteriores, y Don Segundo Sombra (v.).
El autor animó el diario de un viaje hecho de Buenos Aires a Valparaíso, y de allí por las costas del Pacífico a Balboa, y por el canal de Panamá a Colón, y por el Caribe a Jamaica, con una historia novelesca personificada en una joven y bella turista, Clara Ordóñez, separada o alejada del esposo indigno, y Marcos Galván, desdoblamiento literario del mismo Güiraldes. La pasión que va poseyendo lentamente a los dos amantes es romántica, espiritualización de un amor cuya carnalidad es rozada apenas por la pluma del narrador con sumo pudor artístico; en cambio, el paisaje, los tipos y las circunstancias están pintados con descarnados y nerviosos toques impresionistas que son la aplicación de la técnica descriptiva francesa en boga cuando Güiraldes componía sus libros, a una visión muy propia del escritor argentino.
El procedimiento metafórico está en la línea que lleva, con acento inequívocamente criollo en muchas imágenes, desde sus primeros libros hasta Don Segundo Sombra. Y en la misma línea están sus- atrevimientos lingüísticos y sus vacilaciones estilísticas. Desde que el amor triunfa, el diario del fingido protagonista desborda en versículos líricos que traen el lejano recuerdo del Cantar de los Cantares. Impuesta en Jamaica la separación de los amantes por la voluntad del hermano que acompaña a Clara en su viaje, el relato concluye en el barco que trae de regreso a Marcos por la misma ruta, sin que logre apartarlo de su ensimismamiento con la memoria imperecedera de Clara, la aventura con otra linda viajera, Kate, la cual, enternecida y seducida por el desamparo amoroso del joven, le hace la entrega no aceptada de su cuerpo.
R. F. Giusti