[Voi de nuit]. Narración publicada en 1932, en la cual Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) vertió su auténtica experiencia de aviador, demostrando una habilidad literaria nada común.
En Buenos Aires, a donde van a terminar las grandes líneas aeropostales Europa-África Occidental-América del Sur, con las tres ramificaciones principales del Brasil, de Chile y de Patagonia, sobre el campo y en las oficinas, sobre el obstinado trabajo de tanta gente, destaca la figura del nuevo director Rivière. Éste se halla en un punto crucial de su misión: se desarrollan las primeras experiencias de aquellos «vuelos de noche» que él ha patrocinado durante tanto tiempo. La visión del escritor se traslada, pues, de la base de Buenos Aires a los aparatos en vuelo sobre el vasto espacio de tierra y de mar. Rivière es un hombre rígido pero no inhumano, antes, en realidad, dolorosamente sensible: vive una larga noche de angustia siguiendo el drama de uno de sus aparatos, alcanzado por un ciclón al salir de Patagonia, en el cual lucha en vano contra la muerte el más preciado de sus pilotos, Fabien.
La joven esposa de Fabien comparte la angustiosa expectación del director, y crece en ella la tortura a medida que adivina la verdad. La radio, en la oficina, consigue establecer con el aparato en peligro contactos cada vez más raros; después, el silencio. En el cuadro del «movimiento» se escribe: «Fabien desaparecido»; aquella radiante mañana, ante los ojos de Rivière, aparentemente impasible, se dispone a partir el correo de Europa. El autor ha conseguido comunicar a su episodio un angustioso sentido de realidad, sugiriendo una visión innegablemente grandiosa de esa tragedia cuyos personajes se encuentran a millares de kilómetros uno de otro, unidos solamente por las intermitentes emisiones de la radio y de sus comunes pensamientos. .La mentalidad de estos pilotos de larga distancia está captada con aguda verdad; con aquel torturador deseo de la tierra firme, del puerto y de la familia que lucha en ellos con el amor a su profesión y que les hace tan semejantes a los marineros. La extremada concentración de la narración consigue celar la psicología simplista de la obra, lo esquemático de sus personajes y sus actividades convencionales. [Trad. española de J. Benavent (Barcelona, 1942)].
M. Bonfantini