[Élet és ábránd]. Novela histórica del húngaro Zsigmond (Segismundo) Kemény (1814-1875), escrita entre 1842 y 1844, publicada en 1914.
El héroe es el poeta portugués Camões, quien por sus legendarios amores, las aventuras y las desventuras de su vida, la grandeza de su genio desconocido, se convirtió para los románticos, desde Garrett (v. Camõens) a Tieck, F. Halm, Le Jardin, etc., en la encarnación de la figura del hombre-poeta tema de poemas, dramas, cuentos, en todas las literaturas, incluso la húngara. La novela de Kemény sigue a grandes rasgos la biografía de Camões según la leyenda. Joven de origen modesto, ama a la bellísima y aristocrática Catalina de Athaide, la cual corresponde a su afecto y promete esperar que el poeta se eleve hasta ella con acciones gloriosas. En la época heroica de Portugal, quien decía gloria pensaba en las aventuras de ultramar.
Luis parte para la India oriental, y se distingue en los combates; pero desventuras, persecuciones y naufragios, le tienen alejado de la patria y de su amada durante veinte años. Por fin se embarca, viejo y cansado, y a la vista de Lisboa la nave que le conduce también naufraga, y él apenas puede salvar la vida y el manuscrito de su obra poética Los Lusiadas (v.). Catalina, mientras tanto, se ha casado con el amigo de Camões, el estadista don Pedro Girón, que con su cinismo le hace echar de menos el amor del poeta. Camões consigue leer su poema delante del rey, pero sólo recibe de éste un modesto subsidio que no le permite hacer imprimir la obra a la que ha dedicado su vida. El poeta se rebela contra su destino y, como Tasso, es tratado de loco.
Catalina le visita, pero ya no hay remedio y el corazón del poeta se desgarra con la noticia de la derrota sufrida por su patria en Alcacer-Kebir. Esta novela, que quedó sin terminar, adolece del influjo romántico que señala la primera fase de Kemény; el tema, la atmósfera meridional, todo sirve al autor para exaltar el dinamismo de las pasiones. Con todo, su atención a lo psicológico revela ya el futuro realista.
G. Hankiss