[Essai sur le vie et le régme de Frédéric II]. Ensayo de Carlo Denina (1731-1813), escrito originariamente en francés y publicado en Berlín el año 1788; apareció como proemio en la edición póstuma (1790-91) de la obra autobiográfica del rey Federico II de Prusia.
El autor se propone con él arrojar nueva luz sobre los hechos de la vida de aquel gran rey, rectificando las inexactitudes y dando a conocer, además de su actuación política, su carácter, su vida privada y su posición respecto a las letras y los literatos. El ensayo se inicia con una visión resumida de las vicisitudes de la casa de Brandeburgo, hasta los primeros años del reinado del padre de Federico II, es decir, de Federico Guillermo I. De él se cuentan algunas anécdotas, adecuadas para poner de relieve su carácter impulsivamente violento y el influjo que ello ejerció sobre la educación del hijo, obligado después a alejarse de la corte paterna y a intentar desterrarse de su país, así como a ocultar sus tendencias y a convertirse a la religión reformada luterana, después de haber visto ajusticiar a su ayudante de campo y confidente, De Kant, bajo las ventanas de la fortaleza en la que el padre le había encerrado.
Seguidamente Denina pasa a examinar la índole de la constitución prusiana bajo el reinado de Federico II, poniendo de relieve que a la corrupción de los ministros no logró siempre contraponerse la sagacidad de la monarquía centralizadora, y exalta la tolerancia del rey, especialmente, en materia religiosa. En su exposición, el autor confirma sus opiniones sobre la política del gran rey prusiano, mediante episodios y testimonios epistolares sacados de la correspondencia privada del rey, esforzándose por mantener en su ensayo la posición de un espíritu crítico inteligente e imparcial, a pesar de la hospitalidad de que gozó junto al protagonista de su historia.
S. Spellanzon
El abate era uno de nuestros modernos «artistas de la historia», los cuales se preocupaban más de la retórica, del estilo y de hacer prevalecer sus propias opiniones, que de los hechos narrados y de los caracteres descritos: de aquí que sus relatos no consten sino de rasgos generales, que ellos llaman toques maestros de lápiz; pero gracias a su mano todas las peculiaridades más importantes y los caracteres individuales. perfilados por la mano de la más correcta de todas las artistas, la naturaleza, desaparecen por completo. (Foscolo)