«Comedia famosa» en tres actos y en verso de Tirso de Molina (fray Gabriel Téllez, 15847-1648), publicada en 1634. Su acción, que transcurre en la corte del David bíblico, está poblada de fuertes escenas pasionales y de no pocos anacronismos. Con todo, Calderón utilizó el tercer acto de esta obra para construir el segundo y casi idéntico de su drama Los cabellos de Absalón.
Comienza la comedia con un diálogo entre Amón y Absalón, hijos de David. Aprovechando una tregua en la lucha contra los amonitas, se dedican los príncipes al amor. Amón, fingiéndose hijo del hortelano, se introduce de noche en el gineceo de su padre. Se enamora de una doncella a la que oye cantar. Descubre más tarde que se trata de su hermana Tamar, y cae Amón en una profunda depresión sentimental. Regresa David victorioso de sus campañas y se entristece al encontrar a su hijo enfermo. Tamar, preocupada también por la salud del primogénito, accede al extraño juego que éste le propone, según el cual debe ella fingir ser una supuesta amada de Amón (como es niño, éste se engaña con cualquier cosa fingida).
Mediante este fútil subterfugio y sobreexcitado por los celos, Amón deshonra a Tamar, a la cual desprecia luego. Acude la burlada al rey, con magna petición de justicia («Gran monarca de Israel/descendiente del León…»). Pero el rey, que se sabe también pecador absuelto, perdona a su hijo. Es Absalón quien, deseando heredar la corona, se presta a hacer justicia. Al fin Amón es asesinado en el curso de una fiesta pastoril, a la que acude Tamar disfrazada de zagala. Con ella tiene Amón, de nuevo seducido, un diálogo muy intencionado: «Una flor me he de tomar»; «Flor de Tamar, diréis bien»; «Forzareos, dadla por bien»; «¡Qué amigo sois de forzar! Pero tomad si os agrada»; «¿Violetas?»; «Yo no puedo dar, Amón,/sino la flor violada».
R. Jordána