Novela de Máximo Gorki (Maksim Gor’ki], pseudónimo de Aleksej Peskov, 1869-1936), publicada en 1898. Ocupa en la producción de este autor un puesto propio, por cuanto no describe ambientes miserables o licenciosos héroes del vagabundeo, sino la atracción que Polkanov, un profesor cerebral e inquieto, experimenta por una bellísima muchacha llena de salud y de vitalidad.
Poco a poco, el profesor, que creía poseer un completo dominio sobre sí mismo, se convierte en esclavo de su platónica pasión por Varen’ka, en la que Gorki ve la personificación del instinto y de la vitalidad: en las palabras de Varen’ka se advierte el pensamiento del autor, que quiere enseñar a sus inquietos compatriotas, y tal vez también a sí mismo, la sana y jubilosa vida de la naturaleza. Varen’ka ama los libros que hablan de héroes y de espléndidas empresas, ama a los hombres que viven intensamente, que son bellos y fuertes. Pero en la pequeña ciudad provinciana, los pretendientes a su mano son feos e insignificantes, así es que la compañía del instruido profesor le es muy agradable; también porque es inusitada. Polkanov interpreta mal la simpatía que Varen’ka le demuestra, pierde completamente la cabeza y un buen día, viendo por casualidad a la muchacha bañarse desnuda en el río, queda tan aturdido y fascinado por el espectáculo que, a pesar de los gritos indignados de Varen’ka, no logra separar sus ojos de ella.
Por fin, perdida la paciencia, la muchacha sale del agua y con una toalla mojada golpea repetidas veces al atontado Polkanov y luego desaparece entre los árboles. La manera de llevar el estudio psicológico del progresivo enamoramiento del profesor recuerda el Diario de un hombre superfino, de Turguenev, pero el estilo de Gorki, simple y vigoroso, tiene un módulo bastante lejano del lenguaje clásico y delicado del autor de Padres e hijos (v.). Lo cual no impide que, en los labios de la primitiva Varen’ka, se oigan algunas ideas de carácter completamente nietzscheano.
G. Kraisky