[Une voix de prison]. Obra polémica de Hugues-Félicité- Robert Lamennais — nombre con que a partir de 1837 democratizó el originario de La Mennais (1782-1854) —, compuesta probablemente en 1840, en la cárcel parisiense de Santa Pelagia, en la que el autor estuvo a causa de algunos ataques a la monarquía de Julio, y publicada en los años siguientes en ediciones francesas y belgas, la mayor parte clandestinas.
Refleja, con tono apasionado, algunas de las ideas tan proclamadas por el autor: la libertad cívica, la necesidad de una fe religiosa, el sentimiento de la fraternidad humana. Tales páginas han sido en su mayor parte extraídas, dado su carácter eminentemente _ ligado a las cuestiones del momento, de la novela epistolar y simbólica de 1843 Amschaspands et Darvands, del mismo Lamennais, e integradas en el texto por las ¡mutilaciones a que habían sido sometidas por alusiones a la política «burguesa» de Luis Felipe. Añadió también páginas inéditas, con testimonios sobre costumbres de Bretaña, patria chica del autor y genuina tierra de trabajo, de fe, de abnegación en los deberes de la existencia.
El acento inspirado dentro de los modelos bíblicos, la esperanza de una nueva era de bondad a pesar de los sacrificios y dolores, el amor a la justicia y la fe en el triunfo final de la humanidad contra los déspotas de todo género, dan cierta animación a esta obrita, más que nada surgida como un argumento contra lo que se llama la decadencia contemporánea; pero resulta poco trabada en su conjunto, y aparece sobre todo como afirmación de principios ya tenazmente proclamados desde los tiempos de «L’Avenir» (v.) y de las Palabras de un creyente (v.).
C. Cordié
El drama de la revolución que él [Lamennais] vivió de muchacho tenía que dejarle su impronta: evolucionista, él no fue nunca revolucionario a pesar de la engañadora violencia del estilo. (Fernandez)