Una Tragedia Americana, Theodore Dreiser

[An American Tragedy]. Novela del escritor norteamericano Theodore Dreiser (1871- 1945), publicada en 1925. La obra de Dreiser se inspira en una visión pesimista de la moderna América, en la que, bajo su tradi­cional idealismo, ve un profundo escepti­cismo y una honda desilusión.

El motivo inicial de la novela es la desgraciada reac­ción de Clive, hijo de predicadores espiri­tualistas errantes y miserables, contra una educación demasiado exclusivista y fanática. La miseria y su incapacidad frente a la vida práctica impiden a los padres seguir a sus hijos, que el deseo de pequeños placeres materiales, aumentado por la inhibición, lleva de una manera insensible pero fatal hacia el mal camino. De aspecto agradable, bueno en el fondo, aunque de carácter débil y casi patológicamente esclavo de sus de­seos y más aún de una vanidad que es un «complejo de inferioridad», Clive em­pieza a trabajar, de joven, en un hotel algo equívoco donde la corrupción y los vicios van lentamente adueñándose de él.

Obligado a escapar por un desagradable incidente, la casualidad le hace encontrar a un tío suyo, rico industrial, al que cae en gracia y que le da un modesto empleo. La revelación del nuevo y seductor mundo de la riqueza y la elegancia atrae de una manera irresistible al alma de Clive. El amor de Roberta, una de sus compañeras de la fábrica que fue para él un grande y secreto alivio en el período de su soledad, se convierte en obstáculo: precisamente mientras está a punto de conquistarla una bella, rica y caprichosa muchacha, Robertá le revela que va a ser madre, y se agarra a él pretendiendo ca­sarse. Lentamente se abre camino en su mente la idea del crimen, y lo lleva a cabo casi sin tener conciencia de ello. Roberta se ahoga durante una excursión en barca; no hay indicios, pero un implacable policía descubre el crimen.

Durante la larga tor­tura del proceso está junto a él su anciana madre, que le ha encontrado y le defiende, y que, cuando ya no hay ninguna esperanza de salvación, logra que por lo menos Clive, víctima culpable, se reconcilie con Dios. Más que un drama, éste es el minucioso y terrible análisis de un fenómeno conside­rado desde un punto de vista meramente patológico, y, por tanto, a pesar del senti­miento de piedad que flota en el aire, fundamentalmente inhumano, la obra nos pro­duce la lamentable impresión de una pe­sadilla sin luz.

E. C. Croce

…se nos ocurre preguntar qué sitio tiene el arte en producciones de esté género. En vano buscamos al hombre en el autor, y ninguna luz interior ilumina este horroroso vacío. (R. Michaud)

(En su obra) construye con potencia crea­dora sueños que compensan la pobreza y la humildad de su infancia y juventud… justi­fica su carrera, su rebelión al sistema ético de su padre, el fracaso de su matrimonio, la vida artística así como tuvo que vivirla. En Una tragedia americana elige un argu­mento ajeno a su experiencia inmediata, aunque su elección viene determinada por su misma necesidad interior. (L. Lewisohn)