Torquato Tasso, Carlo Goldoni

Quien primero llevó la leyenda a la escena fue Carlo Goldoni (1707-1793), en la comedia en verso Torquato Tasso, repre­sentada en Venecia en 1755.

En la misma Goldoni ve, o mejor dicho intuye, el drama de su protagonista en el contraste entre su soledad espiritual y el chismorreo que le rodea: Tasso ha escrito un madrigal en honor de una Leonora y cuando don Gherardo difunde la poesía por Ferrara, todo el mundo trata de identificar a la dama del poeta entre las tres Leonoras que se cono­cen: la favorita del Duque, la mujer de don Gherardo y una camarera. Estos chismorreos, a los que se añade la hostilidad del «Cavaliere del Fiocco», denigrador de Tasso, suscitan los celos del Duque, que des­tierra al poeta. Don Fazio, napolitano, y el veneciano Tomio, reivindicando cada uno para su propia ciudad el honor de hospedar a Tasso, aumentan su neurastenia hasta que Patrizio, llegando de Roma, ofrece al poeta la corona de laurel en el «Campidoglio».

Tasso acepta y se dispone a abandonar Ferrara, cuando fallece. La mezcla del clima dramático en que vive el poeta con el de comedia propio de los otros persona­jes, ilumina a veces intensamente la dolo- rosa figura del solitario poeta, cuya trage­dia, por otro lado, más que analizada o representada, se deja a la intuición del espectador. Sin embargo, a pesar de que Pla- ten consideró esta obra superior al Tasso de Goethe, la fuerza dramática que en ella percibe el lector moderno deriva más bien de vislumbres que parecen anticipar la suce­siva experiencia romántica.

U. Dèttore