Timoleón, Vittorio Alfieri

[Timoleone]. Tragedia de Vittorio Alfieri (1749-1803). Concebida en 1779 y publicada en 1784, es la tercera, después de Virginia (v.) y de la Conjuración de los Pazzi (v.), de las que Alfieri llamó «trage­dias de libertad» y presenta, con mayor cui­dado que las anteriores, la lucha entre el ideal de libertad y el de dominio absoluto, encarnados en dos seres igualmente nobles, los hermanos Timoleón y Timófanes.

El asunto está sacado de la vida de Timoleón, de Plutarco; pero el poeta idealizó el relato plutarquiano, haciendo de Timófanes, el tirano de Corinto, un ser noble, digno de su hermano, ligado definitivamente al poder conquistado y dispuesto a morir por él, pero dispuesto también a dejarlo a una sola persona, a Timoleón, a quien también él admira como a un ser superior. La trage­dia consiste en las tentativas de Timoleón (a cuyo lado, participando de su ideal y de sus propósitos, se encuentra su cuñado Equilo) para persuadir a Timófanes a que devuelva la libertad a Corinto, y en las de Timófanes para ganarse el ánimo de su hermano; entre ambos se mueve su madre, Demarista, que en vano trata de conciliarlos y evitar un conflicto fatal. Los conjura­dos contra el tirano Timófanes han sido detenidos y hechos matar por él; sólo que­dan en su poder Timoleón y Equilo, y des­pués de su victoria les comunica el fin de sus amigos.

Toda esperanza ha caído: a una señal de Timoleón, Equilo hiere a Timófa­nes, y éste, al caer, reconoce, en sus últimas palabras a su madre, la grandeza de aquel que le ha vencido y a quien perdona («In lui, tu madre, un vero/Figliuol ravvisa, e un uom più che mortale»). Se trata de una tragedia sin odios y casi de ideas más que de criaturas humanas, y por ello resulta en conjunto carente de calor pasional y escasa de poesía, aunque coherente con el fin que el autor se proponía de establecer modelos de sublimidad; pero precisamente por ello y por su desnudez ejemplar fue especialmente cara a Alfieri, que la dedicó «Al nobiluomo ilsignor Pasquale de Paoli, propugnator magnanimo de’ Corsi».

M. Fubini

Se equivocaría quien imaginase que Al- fieri reveló mayor cuidado y profundidad que Metastasio en la imitación de caracte­res: presenta la naturaleza humana bajo un aspecto diferente, pero al mismo tiempo en­teramente uniforme. Sus personajes parecen esbozados sobre simples abstracciones, y él opone duramente el blanco y el negro uno junto al otro. (A. W. Schlegel)

…desde la escena hizo la guerra a los ti­ranos. (Leopardi)

Alfieri surgió y regeneró, atormentándola, la tragedia. Pero fue lámpara que surca la oscuridad, no luz de aurora naciente y pro­metedora de un día sereno; destacó más mostrándonos seres abyectos que enseñán­donos el camino de ser grandes. (Mazzini)

 La forma literaria era una vacía y sonora cantinela. Él le opuso su estilo, pensado y no cantado, enérgico hasta la dureza y lleno de sentido. Lo cual no provenía de un prejuicio filosófico en tomo al arte; prove­nía de su naturaleza; por ello, en sus aspe­rezas, es vivo y original. (De Sanctis)