Novela del inglés George Gissing (1857-1903), aparecida en 1887; es una de las primeras obras del autor, pero puede considerarse como una de las mejores.
Thyrza, joven y hermosísima obrera, vive con una hermana en un barrio popular de Londres. Se ha de casar con Grail, también obrero, que comparte con ellas el piso y que en las horas de libertad frecuenta las lecciones que un tal Egremont, filántropo joven y rico, da para el pueblo, impulsado por el ideal de la espiritualización y elevación de las masas. Así Grail entra en relaciones cordiales con Egremont y le presenta a su futura esposa. Thyrza se enamora perdidamente de Egremont, y no sabiendo dominar su pasión, huye para no casarse con Grail. Una piadosa señora, Ormonda, la recoge y, enterada de su aventura, aconseja a Egremont, a quien conoce, y que también está enamorado de Thyrza, que haga un largo viaje, considerando la invencible diferencia social que lo separa de la muchacha.
Thyrza, sin ser vista, asiste al diálogo, y al enterarse de que Egremont la ama espera confiada su vuelta. Pero la espera es inútil y la muchacha, comprendiendo al fin que ha acariciado un ideal irrealizable, después de haber tratado inútilmente de volver a Grail, consumida por la violencia de su pasión, se repliega sobre sí misma y muere. En el estudio de este etéreo espíritu femenino vemos confirmada la concepción, propia del autor, de una superioridad sentimental y afectiva de la mujer sobre el hombre, que termina en superioridad ética. Como en todas las novelas de Gissing, también en Thyrza el problema social ocupa el primer plano y es considerado con evidente pesimismo: la elevación cultural del pueblo y la aproximación de las clases aparecen como términos inalcanzables en una búsqueda continua y atormentada.
A. Castelli