[Theoria generationis]. Es una de las obras más importantes en la historia de la embriología, escrita por Kaspar Friedrich Wolff (1733- 1794), impresa como tesis doctoral en 1759 y editada en Gottinga el año 1760. Wolff examina el desarrollo del polluelo y llega a la convicción de que la ley reguladora del desarrollo embrional no es la «preformación», sino la «epigenesis».
Con el primer término se entiende la formación del embrión a partir de un germen original, en el cual están ya contenidos los esbozos de todos los órganos. Por epigenesis, en cambio, se designa el desarrollo como unión de unas partes que antes no habían sido pre- formadas como tales. La importancia del libro de Wolff es notable, porque más tarde se reconoció — no sin ciertas ásperas polémicas de principio — que sustancialmente la doctrina de la epigenesis es verdadera; por ejemplo, no existe un intestino preformado antes de que el intestino aparezca en el curso del desarrollo. Establecida la formación sucesiva en el tiempo de las formas y de los órganos, se abrió el camino para numerosísimas investigaciones descriptivas sobre la «organogénesis».
La teoría de la generación resucitó la doctrina aristotélica, que había imaginado ya la epigenesis. Hoy se puede decir que la gran masa de las investigaciones descriptivas de la embriología encuentran su justificación en la tesis de Wolff. Sin embargo, el fenómeno de la formación sucesiva de los órganos no puede ser comprendido como la negación de la existencia de un sistema de unidad (no de esbozos), originariamente organizado para determinar las futuras formas y órganos. La Genética tuvo el mérito de descubrir, más tarde, tal sistema de unidad en el núcleo de las células.
C. Barigozzi