[Sonetti]. Los sonetos (y los Capítulos, v.) de Francesco Berni (14979-1535) se han hecho típicos por su brío caprichoso y desenfadado, y por representar una manifestación característica en el género de poesía burlesca, que precisamente por su nombre fue llamada «bernesca»; un fresco y sabroso oasis en el panorama áulico de la literatura italiana del siglo XVI. No es que sea Berni el único poeta burlesco, pero es el poeta más expresivamente individual. Características de los sonetos bernescos son la rapidez de los hallazgos o movimientos verbales, y el inspirado enlace de cosas o imágenes lejanas u opuestas, dispuestas una tras otra, variadas y fijadas en los largos finales de los sonetos, y en un lenguaje marcado, concreto y a menudo robusto. Algunos sonetos de los más acertados se hicieron famosos; como el soneto «Cabellos de plata, finos, largos y retorcidos», fina parodia, en la solemnidad picaresca del tono, de la poesía petrarquista; el soneto sobre la muía que hace salir las piedras para tropezar en ellas, «Del más profundo y tenebroso infierno»; el soneto «Ser Cecco no puede pasar sin la corte», una caprichosa variación verbal; el soneto sobre el papado de Adriano VI, «Un papado compuesto de respetos»; sobre la barba de Domenico D’Ancona; sobre la enfermedad de Clemente VII, «El Papa no hace otra cosa que comer», graciosamente entretejido sobre el tema de los médicos asesinos y del papa que sigue viviendo a pesar suyo; y el soneto contra Pietro Aretino, típico ejemplo de polémica virulenta e insultante: «Tú dirás y harás cuanto te antoje / lengua podrida, asquerosa, sin sal», etc. Pero aparte estos sonetos, de lectura más fácil y comprensión más inmediata, la inteligencia de muchos otros sonetos es muy laboriosa, por sus alusiones y dobles sentidos literarios, o también por abundantes términos sacados de la jerga popular.
D. Mattalía
… refrescaba la lengua con amabilidad juvenil. (Foscolo)
Ya no es la cultura que se ríe de la ignorancia y torpeza; es la cultura que se ríe de sí misma; la burguesía que se hace su propia caricatura. (De Sanctis)
Berni a veces se burla y se ríe, o lanza invectivas, y en sus cosas mejores (por ejemplo en el soneto sobre sus ancianos parientes, momificados y fuera del tiempo, ya que «la muerte llama y ellos la dejan hablar», o en el otro sobre la muía de don Galeazzo), llega a hacer poético lo grotesco. (B. Croce)