Sobre lo Justo, Platón de Atenas

Diá­logo comprendido en algunos manuscritos de las obras de Platón de Atenas (428/27- 347 a. de C.), pero indudablemente apó­crifo. Es de época incierta, probablemente prearistotélico, y se desarrolla entre Sócra­tes y un personaje anónimo que dialogan en torno al concepto de lo justo, Sócrates con su acostumbrado procedimiento dia­léctico induce a su discípulo a aclarar cuál sea la medida que sirve para discernir lo justo de lo injusto. Esta es la palabra; pues con el discurso los jueces, que entienden en justicia, ponen en claro la diferencia que hay entre lo justo y lo que no lo es. Con todo, el discípulo no logra definir lo justo. Sócrates imprime entonces un nuevo rumbo al diálogo: ¿los hombres son injus­tos voluntariamente, o, como dice el poe­ta, nadie hace el mal por su voluntad? El discípulo se inclinaría a la primera opi­nión; pero Sócrates le convence de lo con­trario. En realidad, las cosas que a pri­mera vista se llamarían justas (decir la verdad, no engañar, prestar un servicio) y aquellas que a primera vista se dirían in­justas (mentir, engañar, causar daño) no son tales en sentido absoluto, sino según las circunstancias.

Hay pues que decir que quien hace tales acciones justas a propó­sito es justo: y cómo se obra de propósito según el conocimiento, el hombre sabio será justo y por el contrario, el ignorante será injusto. Pero involuntariamente el hombre es ignorante; por tanto, también involun­tariamente es injusto. De modo que tenía razón el poeta. Este breve diálogo, que no tiene ninguna originalidad ni ninguna gra­cia estilística, puede parecer un ejercicio retórico escrito en cualquier escuela de retórica; y sin duda es un exponente de aquel ambiente escolar pseudosocrático que Platón despreciaba tanto.

G. Alliney