[System der Philosophie]. Obra del filósofo alemán Hermann Cohén (1842-1918), jefe de la corriente filosófica que se conoce con la denominación de «Escuela de Marburgo». Está dividida en tres partes, publicadas entre 1902 y 1912: la Lógica, como teoría del conocimiento puro, la Ética, como teoría de la voluntad pura, y la Estética, como teoría del sentimiento puro. Análogamente a Kant, cuya filosofía pretende renovar y perfeccionar, también Cohén ve sólo en las matemáticas y en la física teórica los prototipos de la verdadera ciencia. Buscar las premisas lógicas de la ciencia es el cometido de la filosofía y el contenido del método trascendental. Mediante tres puntos explica el autor la diferencia esencial entre su sistema y el kantiano: la importancia por él atribuida al cálculo infinitesimal y a su idea central de lo infinito, en relación con la filosofía, no ha sido comprendida por Kant; erróneamente, Kant ha introducido un dualismo entre la intuición y el intelecto, haciendo además que aquélla preceda a éste; debe eliminarse de la filosofía crítica el concepto kantiano del objeto en sí.
Las cosas existen tan sólo a través del proceso de la actividad pensante, son producto del pensamiento; los conceptos, como resultados del pensamiento, y no el proceso psicológico de pensar, son los objetos de la teoría del conocimiento. El problema de pensar como acto creador es denominado por Cohén «problema del origen». Asimismo, a propósito de la subdivisión de los juicios y de la deducción de las categorías, Cohén llega a resultados distintos de los kantianos. En cambio, está de acuerdo con Kant en la definición de la Ética, como doctrina del deber ser; ésta es independiente de la experiencia; tan sólo es moral la «voluntad pura», o sea, el querer por amor al deber. La idea central que sirve de base a esta ciencia es la dignidad humana. En la filosofía de la Religión, Cohén sostiene una religión moralista, rechazando los elementos mitológicos. En cuanto a su estética, difiere ampliamente de la kantiana. El órgano del arte es el sentimiento, que él identifica con el amor a la humanidad en la totalidad de su esencia física y psíquica. Es un mérito de Cohén (como de la escuela de Marburgo, en general, y especialmente-de Natorp) el haber determinado los elementos «a priori» del conocimiento, frente al positivismo, pero, por otra parte, la teoría de la función de la actividad pensante, como creadora del objeto, amenaza restar al concepto del conocimiento su contenido original.