Suite sinfónica (op. 35) de Rimsky-Korsakov (Nicolaj Rimskij-Korsakov, 1844-1908), inspirada en los cuentos de Las mil y una noches (v.). El compositor, en su autobiografía, advierte al público que no busque en la «suite» un verdadero «programa» y «leit-motiv» fijos, sino que ha de considerarla como libre elaboración del material temático inspirado por diversos episodios fantásticos. Sin embargo, se ha pretendido, entre tantas tramas posibles, hallar una para justificar y orientar el constante fluir de una música evidentemente descriptiva, y se imagina que se refiere generalmente a la historia de Sindibad (v.) el marino: el mar y el barco de Sindibad, el relato del príncipe Calender, el joven príncipe y la joven princesa, la fiesta en Bagdad, el mar y el naufragio.
Se puede apreciar que en todos los fragmentos del larguísimo poema domina un tema: el mismo que resuena en el fagot desde un principio. Prescindiendo de su belleza, de la variedad de tintas sonoras y de su asombroso ropaje instrumental, Scherezada es una obra necesaria para comprender la evolución de la música sinfónica del siglo XX. El coreógrafo Fokin compuso para la música de este poema un ballet, que al principio no halló el favor del público, si bien fue muy elogiado por la crítica, y que más tarde se impuso netamente, convirtiéndose en obra clásica en el repertorio de todas las compañías.
E. M. Dufflocq
En Scherezada hay una facultad inventiva que incesantemente se renueva, un color extraño, vario, difuso y unido a ritmos siempre insospechados. Es una borrachera de la fantasía, a la vez delicada y potente. Los músicos más ricos de color, de Francia y de alemania, aparecen mortecinos e incompletos al lado de Rimsky. (Combarieu)