Novela del fecundo escritor y diplomático mexicano Federico Gamboa (1864- 1939). Es el drama de la pueblerina que, seducida y abandonada, busca refugio en una casa de mala nota. «Los capítulos de exposición — como ha observado un crítico contemporáneo —, por la maestría con que están compuestos, por la fuerte entonación y la plasticidad del estilo, son de lo mejor y más bello que ha salido de la pluma del novelista».
Santa lleva una vida de disipación, en la que se mezclan el dolor y el placer. En la noche de su existencia aparece la figura del enamorado ciego, el pianista Hipólito, que en vano quiere llevarla a su lado; pero cuando más tarde la muchacha cae gravemente enferma y lo manda llamar, él no sólo la traslada a su propia casa, sino que le prodiga todos los cuidados; y al morir Santa en el hospital, aún bajo los efectos de la anestesia, al músico le queda el triste privilegio de cerrar sus ojos y llevarla a enterrar a su pueblo natal. Gamboa se complace, fiel a su tendencia naturalista imitada de los corifeos de la escuela Zola y los hermanos Goncourt, en los detalles nimios, y en la precisa reproducción del ambiente, ya siniestro, ya penetrado de dulzura dolorosa. La mezcla de sentimentalismo y de repugnancia explica el éxito de esta novela, de la que se han hecho incontables ediciones, y que fue llevada a la pantalla con éxito halagüeño. «Malsana curiosidad atrájole numerosos lectores…
No obstante, y pese a sus crudezas, tal libro — en opinión de González Peña — es casto; persigue edificar insistiendo en el horror de la culpa».
A. Millares Carlo