[Rime]. Entre las diversas composiciones poéticas del siglo XVIII arcádico conservan cierta característica de documento histórico las Rimas de Giambattista Felice Zappi (1667-1719), entre los arcadios Tirsi Leucasio. Con delicadeza coqueta, que alcanza* el almibara- miento y el melindre, el autor se sirve de cualquier ocasión para exponer sus sentimientos. No falta alguna poesía armónica y ligera, amable sin ser amanerada; recordemos los sonetos sobre el gondolero (donde confiesa su pasión por la poesía como efusión y desahogo del alma) y sobre el cestito de paja tejido por el pastor, que encierra el beso para su hermosa.
Del mismo modo tienen modulaciones completamente arcádicas y llenas de gracia los sonetos sobre la violeta (que trata de rivalizar con la famosa canción de Chiabrera) y sobre la luciérnaga, donde a la pintura de las cosas se añade la referencia a la muchacha amada. Tienen cierto interés histórico las demás composiciones: una canción en honor de Luis XIV, algunas églogas y varias cancioncillas, madrigales y juegos. En varias ediciones (son notables la primera de 1723 y la quinta de 1736) se recogen también las rimas de Faustina Maratti Zappi, mujer de Giambattista y famosa entre los arcadios como Aglauro Cidonia (1680-1745); llenas de vivacidad y calor pero estropeadas por la actitud pretrarquesca y las ampulosidades de estilo, son notables en la pintura de lugares duros y rupestres, símbolos de dolor y de lamento. Se advierte la sinceridad de un alma que sabía abandonarse a la naturaleza y expresar en forma elegante motivos de amor y contrastes espirituales caros a la sociedad de la época. Estas Rimas de los Zappi perduran hoy como típicamente representativas de un tipo de vida, por el refinamiento con que la poesía revestía cada situación y movimiento del alma.
C. Cordié
… el almibaradísimo Zappi. (Baretti)
Entre los versificadores más preciosistas y afectados hay que colocar a Lemene, y entre los más artificiosos y floridos, a Giovambattista Zappi.(De Sanctis)
Tipo y caricatura, del tono de la poesía arcádica es Giambattista Zappi, «el almibaradísimo Zappi», aquel que soñaba en verse transformado en perrito para correr al regazo de su Cloris sentada en un pradito en medio de un coro de ninfas. (A. Momigliano)
Al simple nombre de Giambattista Zappi de Imola, la mente evoca la primera imagen amanerada de las pastoriles del siglo XVIII; parece que toda la Arcadia se encuentra en los versos de Zappi, muelles de galante adulación, como describió con delicioso brío Giuseppe Baretti. También el joven Leopardi advertía en el abogado de Imola algo de Anacreonte… (F. Flora)