[Portrait of the Man with Red Hair]. Novela del escritor inglés Hugh Seymour Walpole (1884-1941), publicada en Londres en 1925.
Un joven americano, Charles Harkness, que reside casi siempre en Europa, eternamente descontento de sí y del mundo, se traslada por indicación de un amigo a residir en Treliss (Cornwall). Allí se ve mezclado en la tragedia de una joven, Hester Tobin, esposa de Herrik Crispin, criatura inhumana, completamente hipnotizada por su padre, un maníaco criminal que presenta rasgos de lucidez: es el hombre de los cabellos rojos. Una de sus manías consiste en que se propone lograr la vigorización del ser mediante la tortura física, teoría que sueña llevar a la experiencia. Hester, que era huérfana y que tiene tras de sí una familia, se había dejado inducir al matrimonio en vista de las riquezas y promesas del suegro, aunque desconociendo la horrible situación a que se exponía.
Pero Dumbar, un amigo de la infancia que la amaba secretamente, se pone de acuerdo con Harkness — enamorado por vez primera en su vida — y deciden liberarla. La fuga tiene lugar durante la noche, pero a causa de una terrible niebla, Harkness y Hester quedan durante dos horas separados de Dumbar. Harkness siente que una sola palabra bastaría para que Hester se convirtiera en suya por toda la vida, pero, no obstante, fiel a sus idealismos, la convence para que se case con Dumbar, aun a sabiendas de que con ello destroza su felicidad. Cuando encuentran a Dumbar, después de una agotadora marcha a través de la niebla, se cobijan en la «Torre Blanca», donde el viejo Crispin los hace prender por sus criados japoneses para someterlos al experimento de la famosa teoría.
Jabez, el jardinero, que les había ayudado en el rapto de Hester, es el primer torturado, pero con fuerza sobrehumana consigue romper sus ligaduras y precipita a Crispin desde lo alto de la torre. Harkness se desmaya y cuando despierta en su aposento del hotel se halla bajo los efectos de una horrible alucinación. Superficialmente, el relato se puede reducir a los apuntes de un cuaderno de alienista; el autor lo definió como «romanticismo macabro». La atmósfera de horror y misterio, que a veces se muestra casi morbosa, tiene sin embargo un encanto especial. La demencia, la niebla y la «Torre Blanca» son los tres elementos explotados por su genio macabro. El simbolismo y «la historia dentro de la historia», típica de Walpole, aparece aquí clarísima: Crispin representa el mal; Hester, el bien; Harkness, el campo de batalla humano en el que las dos tendencias se entregan a su guerra a muerte.
Con este libro entramos en un terreno nuevo, nos hallamos ante un escritor que consiguió alcanzar el equilibrio íntimo y no persigue el experimento. Su conocimiento del ser humano no queda limitado a lo empírico, sino que penetra en la profundidad más oculta del mal que ningún hombre admite, pero que existe al margen de las convenciones sociales.
N. Pucci