Primera Clase, Ludwig Thoma

[Erster Klasse], Come­dia en un acto de Ludwig Thoma (1856- 1921), representada por vez primera en 1910. Por sus satíricas alusiones a determinadas condiciones de la vida parlamentaria ale­mana de la época, tuvo un éxito clamoroso que duró varios años. En un comparti­miento de primera del tren rápido Berlín- Munich encontramos un grupo de via­jeros: él consejero municipal bávaro von Scheibler, el berlinés Stüve, viajante de abonos artificiales que durante todo el viaje hace el elogio del producto y trata de en­contrar compradores entre sus compañeros de tren, y la pareja de recién casados von Kleewitz, también prusianos.

En determi­nado momento, en una pequeña estación, entra ruidosamente un aldeano grueso y jo­vial, Filsner, cargado de paquetes y de ces­tas con los que llena el compartimiento, y en purísimo dialecto bávaro discute con su mujer que ha ido a acompañarle a la esta­ción. En la próxima estación sube también al tren un amigo suyo, y ambos aldeanos empiezan a comentar, riendo y en voz alta, el bautismo a que Filsner ha sometido la leche destinada a la venta y otras hazañas similares y poco escrupulosas. Los otros viajeros están escandalizados. Scheibler lla­ma al revisor para examinar el billete del aldeano, pues cree que éste viaja abusiva­mente en primera.

Pero el empleado, en voz baja y excitadísimo, le revela que el grueso campesino es un diputado al Parlamento, que va a Munich para ocupar su escaño, uno de los personajes más importantes de Baviera. Inmediatamente el comportamien­to del consejero cambia, se vuelve humilde y obsequioso y trata de todas las formas de reparar la poca amabilidad demostrada al principio. Bondadosamente el aldeano le excusa y desciende del tren en Munich, no sin haber rogado al consejero que le entre­gue por la ventanilla algunas de sus enor­mes maletas.

C. Gundolf