Poema épico de Quinto Smirneo, escritor griego, que vivió probablemente en Asia Menor en el siglo IV. Narra en catorce cantos los acontecimientos de la guerra de Troya, desde la muerte de Héctor (v.), con la cual se cierra la Ilíada (v.), hasta la destrucción de la ciudad, la partida de los griegos de la Tróade y las primeras aventuras del viaje de regreso.
Los hechos más notables narrados en el poema son la llegada de las Amazonas y de los Etíopes, la gesta de Neoptólemo, hijo de Aquiles (v.), digno heredero del heroísmo de su padre, el regreso de Filoctetes (v.) desde Lemnos y sus empresas como jefe de los griegos, la destrucción de Troya y el naufragio de los héroes griegos en su camino de regreso. La narración de los acontecimientos avanza clara y expedita, pero uniforme, sin viveza ni dramatismo; tampoco basta para dar unidad al poema la concentración de los hechos en torno a Aquiles y Neoptólemo. Los dioses, como los héroes, están en el poema sometidos al hado y les falta fuerza y calor; en comparación con los poemas homéricos resulta nueva la deificación de fenómenos naturales y cualidades morales abstractas.
Son frecuentes las sentencias y es evidente el intento moral del autor, hasta el punto que se ha pensado que el poema fue compuesto con finalidad didáctica, para que existiese una narración completa y ordenada de los acontecimientos comprendidos entre la Ilíada y la Odisea (v.). La imitación homérica es continua en el relato de los hechos, en la descripción de los caracteres, en el estilo, en la lengua; en parte son nuevas las comparaciones que revelan en el autor un fino espíritu de observación y cierta sensibilidad por las bellezas de la naturaleza. Además de la influencia de Homero y, en menor grado, de los poetas épicos y trágicos griegos, es evidente en las Posthoméricas el influjo de poetas latinos, especialmente de Virgilio y de Séneca.
C. Schick