[Pesmi Valentina Vodnika]. Valentin Vodnik (1758-1819), el primer poeta esloveno en orden del tiempo, colaboró, imitando a los poetas menores de la Ilustración, en el almanaque «Pisanice» de Marko Pohlin (1781), demostrando una vena sana y fuerte en el «Perrito contento» [«Zadovoljni Kranj’c»].
Más abundante se reveló su inspiración en «Velika pratika». (1795-1797) y en el primer diario esloveno. «Lublanske Novice» (1797- 1799). Publicó una primera colección de «Poesías de ensayo» [«Pesmi za pokusino, 1806»], otra con el título «Canciones de los territoriales» [«Pesmi za brambvoce, 1809»], y el mismo año las odas de «La Iliria rediviva» [«Illirija ozivljena»], reflejo poético* de su entusiasmo por la Iliria de Napoleón y por los derechos lingüísticos y culturales concedidos por el Corso a los eslovenos tras varios siglos de opresión austríaca. Después de la caída de Napoleón, Austria se vengó persiguiendo al poeta y destituyéndolo de su cargo de profesor y director de escuelas medias.
La más bella poesía de los últimos años es «Mi monumento» [«Moj spominik» ]. Hacia el fin de su vida se ocupó de la redacción de sus poesías, sin llegar a una edición completa. Ésta fue hecha más tarde por Fran Levstik y publicada por la Matica Slovenska en 1869. La canción popular fue la verdadera y mejor inspiradora de Vodnik. Es característica en este sentido la «Incitación a mis compatriotas» [«Dramilo mojin rojakom»], que celebra con maravillosa precisión las riquezas de Eslovenia, invitando a los eslovenos a ser dignos de ellas. En colaboración con Ziga Zois y con otros patriotas, como inmediato precursor del más grande poeta esloveno France Preseren (v. Poesías), logró dar a su pueblo la conciencia de sí mismo. Sus canciones son el eco más genuino del alma eslovena.
A. Budal