Compuestas en diversos períodos las piezas para piano de Giovanni Sgambati (1841-1914), nacidas a la sombra de Schumann, de Chopin y, de Liszt y, por otra parte, envejecidas casi súbitamente al surgir el pianismo debussysta, pueden aspirar hoy más a su reconocimiento de mérito que de arte, como testimonio de aquel despertar de la conciencia musical italiana de la que Sgambati figuró entre los primeros promotores.
Muchas de estas piezas, aunque intencionalmente dirigidas a alcanzar un elevado tono lírico, no van más allá de aquel gusto netamente de salón, típico de la segunda mitad del siglo XIX (era de la época de las Romanzas de Tosti (v.), de las grandes fantasías y transcripciones para piano de óperas célebres, de las piezas de «salón», etc.). A este género pertenecen, por ejemplo, las Piezas líricas op. 23 y las Hojas volanderas op. 12, donde se encuentra una movida «Canzonetta» y una de las piezas más célebres que han quedado en el repertorio diletantistico: «Campanas de fiesta». Los Nocturnos que Sgambati escribió en ~gran número varias veces (el op. 3, los tres del op. 15, los cinco del op. 24, los seis del op. 26, etcétera) tienen casi siempre un trazo melódico de una expresividad que se revela tanto más débil líricamente cuanto más se aproxima en la parte central de la composición a un tono melodramático rayano en el énfasis; alguna, como el «Nocturno en re bemol mayor», del op. 31, se distingue por una cálida fantasía, un nutrido armonismo y una íntima poesía.
De garboso pianismo, aquí y allá elegiaco, un poco a la manera de Grieg, son «La boite á musique», la «Gavotta» (op. 9 y op. 14), el «Vecchio minuetto», la «Sérénade valsée» y el «Intermezzo» de la Suite en si menor op. 21, piezas que se mantienen vivas aún, y entran a veces en los programas de piano. La Suite contiene también, un «Estudio melódico», que es considerado como una de las mejores páginas de Sgambati. Junto a la Toccata en. la bemol mayor, de un armonismo muy agradable, y al Preludio y fuga en mi bemol menor, rico en desarrollo, las Dolci melodie poetiche se distinguen por algunas invenciones armónicas. Los grandes Estudios (como el «Studio trionfale», los «Studi da concerto») aun manteniéndose también a un digno nivel estilístico, quedan muy alejados (si no por otra cosa, por la técnica pianística, de mediana dificultad pero de una correspondiente modestia de efectos) de los grandes ejemplos alemanes en los que, sin embargo, se han inspirado.
G. Graziosi