[Moskva Kabackaja]. Breve poema de Sergej Esenin (1895- 1925), publicado en 1923. Esenin, hijo de campesinos, conoció la celebridad hacia el 1921, y fue considerado como fundador de la escuela imaginista, hostil al simbolismo abstracto y al futurismo.
El poeta, desengañado por la revolución, que no había podido conceder la tierra a los campesinos, abandonó el campo y se fue a la ciudad, donde se entregó a la bebida y se suicidó al fin, en 1925, por disgustos amorosos. Moscú tabernario es precisamente la descripción de este último período de su vida. «Está decidido. Para siempre / he dejado los campos natales. / Sin mí se derrumbará la casita, / hace tiempo que murió mi viejo perro. / Dios me ha condenado, sin duda, a morir en las calles tortuosas de Moscú. / Pero yo amo a esta ciudad fangosa, / por áspera y decrépita que sea. / El Asia dorada y soñolienta / duerme sobre sus cúpulas. / Y cuando de noche resplandece la luna / resplandece… el diablo sabe cómo. / Voy por una callejuela / hacia una taberna conocida. / Estrépito y batahola en la sombría guarida / toda la noche hasta apuntar el alba / y yo leo mis versos a meretrices, y con bandidos trago el alcohol. / ¡Ah! Alegre está hoy Rusia: a chorros el alcohol, destilado en casa. / El músico callejero de chata nariz canta, canta del Volga y de la Checa. / *… ¡Ah! Rusia mía… Rusia… / Asiática región… Deja que lo cuente yo mismo / en este tono quedo… / Sí, hay una amarga vida sobre la tierra: / con ojos de niño espié como los perros husmean / a una perra en celo. / Pero, ¿por qué había de sentirme celoso? ¿Por qué había de causarme dolor aquello? / Nuestra vida es una sábana y una cama. / Nuestra vida es un beso y el olvido. / Canta, canta, pues… Yo jamás moriré, amigo mío».
En los versos sin esperanza de Moscú tabernario, el poeta supo expresarse con potente lirismo, dio patéticos acentos al canto de la orgía y de la típica inercia rusa. El gobierno soviético vio un peligro social en Esenin, el más leído de los poetas rusos, y la crítica lo acusó por su espíritu de debilidad antisocial. En la Rusia de 1925, Esenin y su suicidio representaban el drama y el fin del individuo oprimido por el colectivismo y la máquina, que no sabe hallar sentido a los nuevos acontecimientos.
G. Kraisky