La historia del protagonista, un joven marinero que se descubre escritor y se autodestruye una vez alcanzada la fama, es un trasunto de la atormentada vida de su autor. Martin Edén, recién desembarcado de un largo viaje, encuentra a Ruth Morse, que le abre las puertas del mundo de la riqueza y de la cultura, y, fascinada por su vitalidad, adopta hacia él el papel de educadora. Mas el suyo es un amor difícil.
El marinero de las manos callosas y del andar oscilante comienza a escribir los primeros relatos mientras trabaja duramente, para sobrevivir, en una lavandería; pero el éxito tarda en llegar; la misma Ruth duda de ese talento en el que había creído. Un amigo, Tuss Brissenden, al que Martin Edén conoció en una recepción de los Morse, lo induce a participar en una asamblea socialista: los periódicos dan relieve a su discurso, provocando con ello la indignación de los padres de Ruth, que obligan a la joven a romper el noviazgo.
La paradójica respuesta del destino es hacer estallar la fama de Martin Edén; sus cuentos, enviados inútilmente a todas las revistas de América, empiezan a ser publicados, aparece la primera colección en volumen y las recompensas no se hacen esperar. Martin Edén se ve rico, famoso y solo. Una vez ha repartido su dinero entre aquellos que lo ayudaron en los tiempos difíciles, su hermana Gertrude, María Silva, la arrendataria, o su viejo compañero de trabajo Joe, rechaza el postrer gesto de reconciliación por parte de Ruth y deja el lujoso hotel donde vive para embarcarse hacia los Mares del Sur.
Pero en el barco se descubre extraño tanto para los jóvenes marineros como para los pasajeros de primera clase entre los cuales viaja: aislado en una tierra de nadie. Una noche, poco después de la partida, se arroja al mar «como una blanca estatua», y, venciendo la desesperada voluntad de vivir, se hunde en las aguas tenebrosas.