Manzoni, Francesco De Sanctis

Estudios y lecciones [Manzoni. Studi e lezioni]. Ensayos y lecciones de Francesco De Sanctis (1817-1883), coleccio­nados en 1898 por Benedetto Croce en los Escritos varios, inéditos o raros del gran crítico. Están constituidos por un curso universitario de 1871-72, cuyas primeras ocho lecciones fueron publicadas y com­pendiadas, bajo la dirección de F. Torraca, en periódicos napolitanos de 1872. Los reco­gió en 1922 Giovanni Gentile con el título Manzoni. Estudios y lecciones, y en 1931 fueron incluidos con nuevas adicciones, en la nueva edición de las obras completas dirigida por N. Córtese.

La colección com­prende los siguientes ensayos: «El mundo epicolírico de Manzoni» (1872), «La poética de Manzoni» (1872), «La materia de Los Novios» (1873), «Los Novios» (1873), el re­sumen de una lección sobre el «Cinco de Mayo» (1872) y de una conferencia sobre «Don Abondio» (1873) y escritos menores. Forman parte, al igual que el estudio sobre Giacomo Leopardi, de las lecciones dedi­cadas al examen de la literatura italiana del siglo XIX. Conforme a los principios de la crítica de De Sanctis, en la que la investigación esteticoanalítica desemboca en una amplia construcción historicista basada sobre i a idea orgánica de «desarrollo», el conjunto de las obras manzonianas, desde el poema A la muerte de Carlos Imbonati (v.) a Los Novios (v.) se examina y juzga no solamente en su propio carácter y valor estético, sino también en relación a su significado en el gran movimiento literario y espiritual del siglo XVIII y XIX, en el que la obra manzoniana representa, según De Sanctis, un momento fundamental: la tentativa, más alta y equilibrada, de con­ciliar lo antiguo con lo nuevo, el Evange­lio con la revolución, el «ideal» con lo «real», de realizar artísticamente la idea­lidad eticorreligiosa sobre la base de una concepción histórica de la vida.

Etapas graduales y progresivas hacia la realiza­ción de este programa, al que en Manzoni se llega a través de una dialéctica ora acor­de ora desacorde con el crítico y el artista, y de la que De Sanctis hace un análisis muy agudo, son los Himnos Sacros (v.) y las dos tragedias. Los Himnos Sacros, cuya base ideal es «sustancialmente democráti­ca», son «la idea del siglo bautizada con el nombre de idea cristiana…», la «famosa tríada libertad, igualdad, fraternidad evan­gelizada… el cristianismo conducido de nuevo a su idealidad y armonizado con el espíritu moderno». Aquí el mundo «ideal» adquiere y contiene en sí mismo el mundo «moral» tal como salía del pensamiento moderno, aunque sin lograr entrar en la vida y la historia. Los estudios históricos afinan y amplían en Manzoni el sentimiento de la realidad, y, decididamente dentro de la historia, „trata de poner el «ideal» en las dos tragedias: sin embargo, los dos mundos, por un erróneo planteamiento de los. tér­minos del problema, no se concilian y tam­poco se fusionan: el mundo histórico es tan importante que tiene en sí mismo sus lí­mites, alejando al mundo ideal, que queda «separado y melancólico», y se refugia en los coros. La plena y perfecta fusión ar­tística de estos dos mundos, la alcanza Manzoni en Los Novios; aquí la invención es el cuadro y la historia el fondo, de ma­nera que «el mundo ideal, involucrado en un mundo histórico, que le da la ilusión de una existencia total y concreta, llega a ser el verdadero centro viviente, la unidad de toda la obra».

En la novela, la historia no es la sustancia o el fin, sino la amplia base «de la que sale a la luz la estatua del pen­samiento y de la imaginación: una base no independiente, sino verdadera causa generatriz, fundamento y motivo oculto que pone en marcha a los inconscientes acto­res». Y, en la historia, «el ideal eticorreligioso penetra, no como una fuerza extra­ña, sino como parte de este material, igual­mente histórico, del tiempo y en el tiempo, ora latente y teórico, ora laborioso y práctico». Interpretación magistral, aun cuando expresada en una formulación de sabor teo­rético, que confiere a estos Estudios una ejemplar coherencia constructiva y una importancia capital en la historia de la mo­derna crítica manzoniana.

D. Mattalía