Luis Coloma

Nació en Jerez de la Fron­tera el 19 de enero de 1851 y murió en Madrid en 1914. Inició sus estudios en la Escuela Naval Preparatoria (1863) y luego cursó Derecho en Sevilla.

Trasladóse posterior­mente a Madrid, donde empezó a frecuentar las tertulias elegantes, en las cuales reunió elementos que después habrían de servirle para la creación de su obra literaria. Aun cuando abogado, no ejerció la profesión; colaboró, en cambio, en dos periódicos de Madrid y se hizo propagandista de la res­tauración borbónica.

Un incidente casi mor­tal, una grave herida en el pecho a causa de habérsele disparado el revólver que lim­piaba, afianzó su decisión de hacerse jesuita; y así, en 1873 ingresó en el seminario de Poyanne y el año siguiente era ordenado sacerdote.

Sin embargo, no por ello aban­donó el periodismo: lo mismo que el libro, el periódico le servía no tanto para diver­tir como para aleccionar al público. En su producción literaria pasó del costumbrismo de las Lecturas recreativas (1887) a la sá­tira social de Pequeneces (1891, v.), novela cuya aparición provocó gran revuelo, por cuanto su descripción de un mundo lleno de vicios y vergonzosas debilidades fue con­siderada una crítica personal; durante quin­ce días el Heraldo de Madrid estuvo publi­cando juicios y erróneas interpretaciones que molestaron al autor.

Siguieron luego otras obras: Retratos de antaño (1895, v.), La reina mártir (1898), El marqués de Mora (1903), Jeromín (1905), Boy (1910), etc. In­teresantes son también los Recuerdos de Fer­nán Caballero, la autora amiga a quien C. imitara al principio, aun cuando sin igualar jamás su vigor.

G. Savelli