[I Sonetti de la semana]. Con los Sonetos de los meses (v.) y algunas – otras composiciones constituyen todo el ligero equipaje poético del gentil Folgóre de San Gimignano (siglos XIII-XIV). Esta corona de ocho sonetos, esta joya («Pensé hacer una joya / alegre y adornada») la ofrece a un tal Cario de Guerra Cavicciuoli. No es aquí una compañía, como en los Sonetos de los meses, sino un caballero que se mueve entre placeres de toda clase, alegres y juveniles, entre sones y colores que el poeta suscita, armoniosos y luminosos, para animar cazas y torneos, comidas, danzas y amores. Antes y después de Folgóre — desde los poetas del «Dolce Stil Novo» a Franco Sacchetti — y contemporáneamente a él no faltan voces como la suya, en sonetos y baladas, cazas y madrigales, galanterías y encantos, o en breves idilios campestres; pero ninguna se dedicó de una manera tan definitiva a iluminar todas las escenas y actos de aquel mundo, y, con una gentileza de ensueño, se nos aparece como un vivo y feliz documento de costumbres (de compañías elegantes y desenfadadas nos hablan las novelas y crónicas de aquel siglo; Dante recuerda a una de Siena, «derrochadora» — «Infierno», c. XXIX —, pero no hay por qué creer que se trate de la misma de Folgóre).
F. Pastonchi
… recogió en frescas imágenes las cosas agradables que a la alegría de los hombres ofrece cada mes del año y cada día de la semana. (B. Croce)