[Romancen vom Rosenkranz]. Poema inacabado de Clemens Maria Brentano (1778-1842), del que tenemos todo el plan, un prólogo y 19 romances acabados, sobre el metro de los romances españoles, escrito entre 1804 y 1812. Aunque inacabada, es una de las obras más interesantes de Brentano y típicamente romántica. Romántico es el interés, por el mundo medieval católico; el anhelo religioso por la unión mística con Dios; el terror morboso de la culpa y la imposibilidad de evitarla.
Es romántico el continuo surgir, en el desarrollo poético, de la personalidad subjetiva del poeta y de sus propios problemas; romántica es la ironía con que destruye continuamente el mundo de ilusiones creado por sí mismo. La escena se sitúa en Italia, en Bolonia, con sus luchas civiles y su vida estudiantil, entre 1200 y 1300. En Bolonia murió Santo Domingo, creador de la oración católica del Rosario; y dicha creación tenía que rescatar, al final del poema, la culpa hereditaria que asciende a los tiempos de la vida de Jesús y se ha transmitido de generación en generación con trágico fatalismo. El título, que no corresponde al tema de los romances acabados por el poeta, hubiera hallado su justificación en el ulterior desarrollo de la aventura. He aquí la trama de la misma: Cosme, pintor, ha abandonado a su mujer Rosalegre, que ha acabado profesando en un convento, y ha seducido a su hermana monja Rosatriste, mientras le hacía de modelo para un cuadro de la Virgen. De la primera mujer tuvo tres hijos: Jacobo, Melior y Pedro; de la segunda, tres hijas: Rosarosa, Rosadora y Rosablanca.
El trágico destino que pesa sobre la familia hace que las inconscientes muchachas se enamoren respectivamente de sus tres hermanos, pero todas se libran milagrosamente del amor incestuoso y se purifican con la penitencia y la santidad. La figura más relevante es la de Rosadora, llamada Rubita, que lucha por su pureza al mismo tiempo que contra el amor de Melior y las mágicas seducciones del astrólogo Apón. Éste consigue embrujarla con sus artes satánicas; pero ella, en la tenue lucidez de un sueño hipnótico, se mata invocando el nombre de la Virgen para librarse de culpa. Toda la intriga había de tener un precedente: cuando María huyó a Egipto con Jesús y José, encontró a la gitana Lilit que le ofreció un ramo del rosal de Jericó, lamentando que no tuviese flores; inmediatamente brotaron tres rosas, una rosa, una amarilla y una blanca, que corresponden en el poema a las tres muchachas. Pero los parientes de Lilit robaron a la Sagrada Familia, y la maldición del Señor cayó sobre toda su progenie hasta que la Virgen no rescatase las tres rosas. Pecado y gracia son, pues, el motivo de todo el poema: Apón y Moles, su fámulo, representan el lado satánico; Agnuscastus, figura del eterno inocente; Benón, el fraile piadoso, y las monjas Rosatriste y Rosalegre, los espíritus buenos que redimen a la raza.
En realidad se trata del poema del tormento espiritual de Brentano, que, atraído por el cielo, no consigue separarse de la tierra, a la que le atan las fuerzas del mal. El mismo tormento que le hizo escribir a Sofía Moreau, su futura mujer: «Me parece alguna vez que Cristo murió para la redención de todos excepto la mía», y que no le permitió terminar su obra poética, así como Cosmener consiguió terminar el cuadro de la Virgen, interrumpido por el pecado. En algunos personajes se reflejan figuras medievales y, al mismo tiempo, personajes de la época del poeta: Apón recuerda a Pedro de Abano, filósofo y médico del siglo XI, con reflejos del filósofo moderno Schelling; Jacobo tiene rasgos de Jacopone da Todi y también del famoso jurista y cuñado de Brentano, Savigny; Melior personifica al mismo Brentano; Rosa- dora-Rubita representa a Marianne Willemer, la Zuleica del Diván occidental-oriental (v.) de Goethe, amor juvenil del poeta. Los romances son ricos en color y su verso trocaico posee una armónica musicalidad, como en el preludio del romance 14 y en la mágica y melodiosa canción de cuna cantada a Rubita.
G. F. Ajroldi